En 1940, el año en que apareció la revista El Telón, de información cinematográfica y teatral, el fenómeno de la recitación, como el del charlismo en el que tan ducho se mostraba Federico García Sanchiz, alcanzó un nivel de notable desarrollo. Los nombres más conocidos en el género fueron los de Manuel de Góngora, José González Marín y Juanita Azorín, actriz esta que acostumbraba a acompañarse en sus actuaciones de un sacerdote, Vicente Mena, que recitaba poesías patrióticas y de exaltación del Movimiento.

M. de Góngora, también escritor, recitaba composiciones propias y ajenas. A González Marín, de quien Marqueríe decía en Informaciones que era “el mejor intérprete del verso español contemporáneo”, lo presentaba ABC como un“singular intérprete de la poética contemporánea que por su generosidad y patriotismo durante la gloriosa epopeya, en la que hizo regalo de su arte a hospitalizados y combatientes, merece la gratitud de los buenos españoles”. La radio trasmitió alguno de los recitales de J. Azorín. La popularidad de estas y otras figuras de la recitación indica que el fenómeno tenía en 1940 unas proporciones que hoy nos resultan difícilmente comprensibles.