ESCENA Y POLÍTICA
…PERO MENOS POLÍTICA SOBRE LA ESCENA
Una nota oficial de febrero de 1940 emitida por la Delegación de Propaganda y prensa del Sindicato Español Universitario y recogida en los periódicos mostraba la preocupación de la juventud falangista por un teatro que no remontaba el vuelo. Las razones de ello no eran ni la falta de interés de los textos ni la ausencia de inspiración ni la competencia del cine; “la causa mayor es la falta de unidad”, se respondía desde el S.E.U. La solución, muy propia de un régimen político autoritario, era la agrupación por secciones: compositores, concertistas, orquesta, cantantes, danza y baile, literatos teatrales, escenógrafos, actores, tramoyistas, luminotecnia teatral. Estos departamentos darían conciertos y representarían obras teatrales. En fin, “todos los estudiantes que se consideren inclusos en los apartados antes expuestos han de saber la obligación moral en que se encuentran de acudir al Sindicato Español Universitario a inscribirse”.
Casi a punto de concluir 1940, en noviembre, los españoles se acostarían, por decreto de Presidencia del Gobierno, antes de lo que acostumbraban a hacerlo hasta entonces. Y ello porque el gobierno obligó a que los espectáculos terminaran antes de las doce en punto. La explicación venía dada en el mismo decreto: “una minoría ociosa” había impuesto la “práctica perniciosa” de trasnochar y, para favorecer a la “población laboriosa”, se dictaba esta reglamentación, que afectaba a unos espectáculos que, en muchos casos, terminaban más allá de la una de la madrugada. El nuevo horario obligó a que la sesión teatral de tarde comenzara a las seis o seis y cuarto y la de noche lo hiciera a las nueve y media o diez menos cuarto.
No sería esa la única orden gubernativa de importancia. El año se había casi estrenado con la que prohibía compatibilizar la crítica en periódicos y la creación teatral. Los periódicos darían noticia, más tarde, de la creación de la Junta Nacional de Teatros y Conciertos. En fin, el año se cerraría con la convocatoria de tres premios oficiales, sin remuneración económica, para el mejor autor de una obra teatral, para el mejor actor y para la mejor actriz.
Documentos para la historia del teatro español
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