Documentos para la historia del teatro español
Documentos para la historia del teatro español. CDT
INICIO / Claves / Protagonistas
1939-1949
1939-1949

Cartelera
1940

El tiempo y su memoria
Escena y política
Modelos y espacios
Protagonistas
Memorabilia
El Teatro y su Doble

 

 

Índice, recopilación y estudio:

Julio E. Checa Puerta
Universidad Carlos III de Madrid

 

 

fondo página

PROTAGONISTAS

Primera  · 1 2 3 4 5 6  ·  Última

Algunas compañías aprovecharon alguna circunstancia excepcional para buscar, de manera casi promocional, la manera de aumentar su protagonismo. Por ejemplo, mientras se hablaba del proyecto de gran homenaje a Muñoz Seca, la compañía de Pepe Isbert ofrecería en el teatro Maravillas la comedia El refugio, además de la lectura de una poesía y varias cuartillas dedicadas al autor. Como acto de cierre, se dedicó un minuto de silencio, por lo que el acto “constituyó una prueba de devoción y simpatía al autor inmolado por la vesania marxista”.

Ya nos hemos referido antes a la dificultad de encontrar grupos de actores y actrices conjuntados. Afortunadamente, hubo algunas excepciones. A juzgar por la respuesta del público y por muchas de las críticas publicadas, la compañía del teatro de la Zarzuela, encabezada por Concha Catalá sería una de las más sólidas. Estaba integrada, además, por intérpretes de la talla de Carmen Carbonell, Manuel González y Antonio Vico, entre otros y otras. Incluso un crítico tan reticente con algunos géneros, como fue Torrente Ballester, escribiría reseñas elogiosas de estrenos como La melodía del Jazz Band, de Jacinto Benavente, o la zarzuela Manos de Plata, reestrenada en el mismo teatro unas semanas más tarde: “Sin duda, otra buena parte del éxito se debe a la interpretación, cuya parte más difícil, pero también más lúcida, recayó sobre Concha Catalá y Manolo González”.

En cuanto a los autores, el autor de referencia siguió siendo, indudablemente, Jacinto Benavente, quien, además de algunas reposiciones, siguió dando nuevas obras a los escenarios. Fue tan destacada su presencia, que dio lugar a ensayos y reseñas de muy variada índole. Por ejemplo, junto al publicado en las páginas de Arriba, por R. Ledesma, merece la pena rescatar un artículo extenso de Eugenio Montes, que analizaba la idiosincrasia del público atendiendo a la respuesta suscitada por el teatro benaventino. A juicio de Montes, “el teatro benaventino resulta fraseológico, circunstancial y conversacional, y en este sentido ha sido pernicioso, pues faltos de sus dotes excepcionales los imitadores y discípulos concluyeron por convertir la escena en una tertulia, ni más ni menos interesante que la de cualquier café. Y esta es, a mi juicio, la causa de que en España la gente vaya al teatro como va al café o al bar, pues a eso se va al café y al bar, a oír una tertulia”.

A comienzos de la temporada 1941, la prensa anunciaba nada menos que cuatro nuevas comedias de este verdadero patriarca del teatro español del momento, ofrecidas igualmente a algunas de las compañías más relevantes, como la de Irene López Heredia y Mariano Asquerino. En otro lugar nos hemos referido al estreno de la comedia Aves y pájaros, por lo que aquí preferimos traer el estreno de su comedia anterior, Lo increíble, que se verificó en el teatro de la Comedia de Barcelona, en julio de 1941. Como solía coincidir la crítica, “un estreno de don Jacinto Benavente es siempre un genuino acontecimiento teatral de primer orden”, a pesar de que no pudiera decirse que el autor se encontrara en ese momento precisamente en su etapa más brillante. Lógicamente, no había perdido su habilidad para la carpintería teatral y parecía bastar con encontrar argumentos apropiados para el contexto de esos años. En esta ocasión, la obra ofrece la lección “increíble” de una “muchacha joven, rica, bien parecida, que desoyendo otros galanteos, se une en matrimonio con un hombre de mucha más edad, culto, cristiano, bondadoso y se casa enamorada y le guarda toda su fe de esposa sin que la amistad de un joven médico y la común simpatía que entre una y otro existe pueda manchar su honradez inmaculada”. Sin comentarios. Igualmente fue suyo el estreno de la comedia La última carta, en el teatro Alcázar de Madrid, obra en la que mantenía el propósito aleccionador mostrado en Aves y Pájaros, pues el autor “expone una serie de bellas teorías por boca de los personajes, sobre los conceptos de Patria, juventud batalladora, formas de Gobierno, firmeza del amor que tienen en la expresión, en la pulcritud del lenguaje y en la hondura de ideas esa vitola inconfundible de nuestro primer dramaturgo” Esta comedia no sería del agrado de todos los críticos, como se encargaría de subrayar Alfredo Marqueríe quien, entre otros defectos, consideraba la comedia excesivamente discursiva. Seguramente, el propósito aleccionador del autor había tenido mucho que ver en ello, como bien intuía el crítico: “El segundo y el tercer acto, premiosos y reiterativos, discursivos, cargados de excesos oratorios que diluyen la humanidad de la acción, adolecen de defectos que don Jacinto tiene forzosamente que haber visto, pero que ha pasado por alto, siendo solo el fondo teorizante de su producción”. Tampoco era del agrado del crítico de la Hoja del lunes la faceta política de Benavente, la que menor interés le suscitaba: “Empezaremos por declarar que no es el tono político el que más admiramos en la producción de Benavente, y menos todavía cuando ese tono adquiere matices de actualista y nacional. Casi a final de año pudo verse todavía un nuevo estreno de este autor, la comedia Y amargaba, puesta en escena por Concha Catalá y Antonio Vico en el teatro de la Zarzuela.

También siguieron ocupando un lugar muy destacado las obras de los hermanos Álvarez Quintero, colaboración que habría debido finalizar naturalmente en 1938, a causa de la muerte de Serafín, pero que comercialmente no se daría por terminada hasta el fallecimiento de Joaquín, ya en 1944. Así, la última obra firmada por ambos y presentada dentro de la temporada sería Tuyo y mío, que se estrenó en el teatro Reina Victoria de Madrid y que también pudo verse en el teatro de la Comedia de Barcelona interpretada por la compañía de Tina Gascó y Fernando Granada, después de haber superado las doscientas representaciones en Madrid. La crítica consideró esta comedia “un delicado y poético homenaje del hermano superviviente al hermano muerto”, pero deslizó algún comentario tan poco sutil como el siguiente: “Tuyo y mío es una comedia artificiosa, convencional, que parece escrita, no por el ilustre autor andaluz, sino por un imitador de los Quintero”. En el apartado de los autores,  deben ocupar un lugar destacado las autocríticas, entonces aún habituales las vísperas de muchos estrenos. Como pareciera previsible, aunque en algunos casos era obvio el esfuerzo de los creadores por destacar las virtudes de sus obras; en otros, los autores parecían considerar este rito una molesta obligación que despachaban con unos cuantos lugares comunes. Sirva como ejemplo de esto último la autocrítica todavía firmada por los hermanos Álvarez Quintero antes del estreno de su comedia Tuyo y mío. Los autores, tras algunas frases hechas, escriben lo siguiente: “Y con lo dicho basta, que no aconseja la escasez de papel perderse en disquisiciones o en redundancias, ya que lo que ahora sostenemos es el cuento de la buena pipa, que nunca se acaba y se lo hemos contado al lector infinidad de veces. Y si él nos preguntase en el caso actual qué es lo que hemos pretendido hacer, contestaremos sencillamente que una comedia más”. Era obvio que a estas alturas de su carrera, ni les parecía necesario destacar las virtudes de su teatro, ni les sería fácil encontrar algo no dicho todavía en sus autocríticas. Sin embargo, no desaprovecharían la ocasión para puntualizar algo sobre el controvertido asunto de la autoría: “y respondiendo a otra pregunta, de distinta índole, latente en otros muchos labios, sobre si la labor llevada a cabo es de Serafín o de Joaquín, o de los dos juntos, vaya de una vez para siempre la única contestación posible y lógica: todo título nuevo quinteriano, que salte a las carteleras teatrales sería de Serafín y de Joaquín”. Que la pareja quedara reducida a la mitad y que las ocupaciones de Joaquín lo tuvieran ciertamente atareado no parecieron motivo suficiente para que se siguiera expresando en primera persona del plural, ni para reducir su actividad. Así lo explicaba el propio autor en una entrevista concedida al diario Informaciones: “Los dos meses de verano en que he podido trabajar -agosto lo pasé apenas sin coger la pluma- han sido suficientes para que comience y termine una comedia en tres actos. Se titula La divina inventora [...] Marimorena, también en tres actos, está en poder de Mary Delgado [...] Los papaítos, como ya consta a los lectores de Informaciones, será el primer estreno del teatro de la Comedia [...] Del género lírico, amén de La Giralda, tengo El género chico [...] y sigo con grandes ganas de trabajar”. En efecto, en este año se estrenaría en el teatro de la Comedia de Madrid, otra obra de los populares autores, escrita en 1937, Los papaítos, interpretada por Elvira Noriega y José Orjas, entre otros. Otra comedia de los Quintero de nuevo representada en este año sería Las de Caín, que pudo verse en el teatro Alcázar de Barcelona a cargo de la compañía de comedias del teatro Calderón de Madrid. Con relación a ellos, uno de los actos más extensamente recogido por la prensa, sería el homenaje que se les rindió en el Retiro, donde se erigió un monumento en su honor, y en cuya inauguración tomaron parte artistas y escritores. La crónica de dicho acto se cerraba del siguiente modo: “El marqués de la Valdavia, que ostentaba la representación del Ayuntamiento, hizo la invocación de Serafín Álvarez Quintero, y todos los reunidos contestaron con un emocionado ¡Presente! Por último, se dieron los gritos de ritual subrayándose el acto con las voces de ¡Arriba España! y ¡Viva Franco!”.


Primera  · 1 2 3 4 5 6  ·  Última

 

 

 

 

 

 

línea

 

fondo

 

 

 

Logo Ministerio de Cultura. INAEMespacio en blancoLogo CDT


Documentos para la historia del teatro español

© 2013 Centro de Documentación Teatral. INAEM. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España | cdt@inaem.mecd.es | Diseño web: Toma10