En el año 1942, la autoridad política hace sentir su peso en el mundo del teatro a través de aquellas diversas instituciones que articulan el régimen hallándose dotadas de competencias teatrales, bien sea de carácter artístico, bien de naturaleza laboral.

Una de las principales es el Sindicato Nacional del Espectáculo, del que se ofrecen durante el año diversas informaciones de prensa. Su Delegado Nacional, Francisco Casares, secretario de la Asociación de Prensa de Madrid, obtuvo su nombramiento ese mismo año. En su calidad de Jefe del S.N.E., Casares presidió la toma de posesión del nuevo Jefe Nacional del Teatro, el camarada Fernando Fernández de Córdoba, antes de ser a su vez reemplazado, dentro del mismo año, por Alfredo Ramos.

El S.N.E. era el responsable de convocar y otorgar los Premios Nacionales de Teatro y Música; y, a través del Sindicato Local de Espectáculos, dictaba normas sobre la contratación de estas actividades artísticas. Además, organizó el Festival de Exaltación al Trabajo que, con ocasión del aniversario del 18 de julio, se celebró ese año en el Teatro Calderón.

Por su parte, la Obra Sindical Educación y Descanso anuncia una función de canto operístico celebrada en Barcelona a beneficio de los obreros de la ciudad. En Madrid, esta organización gestiona un descuento de la mitad del importe de las entradas que adquieran los obreros (“productores”) para asistir a los espectáculos del Teatro Español. En el mismo teatro, es la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. la que promueve una representación de Macbeth para sus afiliadas.

Diversas noticias de naturaleza escénica o estrictamente teatrales aparecen relacionadas ese año con la División Azul. Entre los homenajes a sus combatientes o actos en beneficio de sus familiares, destacan el organizado en el Teatro María Guerrero bajo patrocinio de la esposa del Jefe del Estado; la función celebrada en el Teatro Calderón, que incluyó el estreno, por la compañía de María Fernanda Ladrón de Guevara, de la comedia en verso Mi prima la Ursulina, escrita por Antonio Ochaíta y Rafael Duyós; la función celebrada en el Teatro de la Zarzuela a beneficio doble de la División Azul y de los hijos de los periodistas; y el festival pro-aguinaldo celebrado en el Teatro Olimpia de Barcelona.

En otro orden de cosas, el Frente de Trabajo alemán presentó en el Teatro Español de Madrid un festival de variedades al que asistió el embajador de Alemania.

De otra institución de la época, el Sindicato Español Universitario, dependía en 1942 el T.E.U., dirigido a la sazón por Modesto Higueras, quien dio cuenta a la prensa de los proyectos inmediatos del Teatro Español Universitario. Estos incluyeron la puesta en escena de El burlador de Sevilla en el Teatro Español, a la que acompañaron durante el año Navidades en la casa Bayard, de Wilder; El ayunador, de Enrico Fulchignoni; los entremeses cervantinos La guarda cuidadosa y El retablo de las maravillas; y, con ocasión de la festividad del Corpus, diversos autos sacramentales cuyas representaciones llevó a cabo el T.E.U. “en la plaza pública”.

Destacan también en este apartado las representaciones de obras determinadas por orientaciones ideológicas próximas a la política oficial, tales como la que, titulada El tercio de Montejurra, se estrenó en el Teatro Gayarre de Pamplona; o como la comedia lírica estrenada en el Teatro Rojas de Toledo con el título de La Hispanidad del Alcázar. Menor carga doctrinal ofrece El último hidalgo, comedia de ambiente castellano en la que se ve la plasmación de “las viejas virtudes españolas”. En el Teatro Urquinaona, de Barcelona, se estrenó Entre vestidos que danzan, en traducción de Fernando Aguirre, obra ambientada en la revolución comunista rusa.

Otras actividades teatrales se caracterizan por su evidente orientación religiosa, a veces bajo el patrocinio de la Acción Católica, como la lectura teatral celebrada en Pamplona sobre temática franciscana, o como la representación en Madrid de Maternidad, retablo escénico debido a María Madariaga. En el Teatro María Guerrero se estrena la pieza de Javier de Burgos y de Figarelo titulada El retablo milagroso; y en el Lara, A vela y a remo, de García Sanchiz, pieza intensamente lírica y ensoñadora, que incluye el canto del himno Veni creator; en Granada, la compañía dirigida por la actriz Társila Criado estrenó Bendita tú.

La notable presencia del teatro en la prensa periódica permitió dar cabida a informaciones dirigidas a aspectos aparentemente secundarios, si bien, a veces, dotados de sentido elocuente. Destacan por su carácter anecdótico el anuncio de que los autores de Una rubia peligrosa, Manuel y Antonio Paso, permitirían a las espectadoras rubias la entrada libre al espectáculo en determinados días de la semana; así como el ruego de puntualidad que realiza el Teatro Español con motivo de la representación de María Estuardo, con la contrapartida de una promesa similar por parte del propio teatro; como también la nota insertada en El Alcázar por su crítico teatral Morales de Acevedo, con aguda respuesta a la apuesta de un presunto autor novel.

En un plano más próximo a la vida oficial, la Jefatura del Hogar de la División Azul advierte sobre una usurpación dirigida a conseguir entradas gratis. Mientras, el Teatro Español declara desierto su premio de comedias en un acto, si bien publica una relación de obras destacadas con las que, según las bases, no contrae compromiso de representación. El mismo teatro acogió una función realizada por el cuadro artístico de Educación y Descanso del Taller de Precisión de Artillería. Por su parte, el Sindicato Nacional del Espectáculo gestionó una representación extraordinaria de El gran Galeoto, celebrada de madrugada para que pudieran asistir los actores y actrices cuyos espectáculos tenían horarios coincidentes con los del drama de Echegaray.