Del género dramático se representan, solamente en Madrid, más de cien títulos, repartidos entre estrenos y reposiciones, así como entre autores nacionales y extranjeros. A La culpa es tuya, de Jacinto Benavente, corresponde el mayor éxito de cartelera y a La honradez de la cerradura, también estreno del mismo autor, una de las mayores repercusiones en la prensa. Otros estrenos benaventinos de ese año son El demonio del teatro, Al fin, mujer (título de su estreno en San Sebastián, reemplazado luego en Madrid por el de Mujer, al fin), La última carta y La enlutada (estrenada en Zaragoza unos días antes que en Madrid). De Carlos Arniches, que fallecería un año después, se anuncia como estreno la representación de la tragicomedia El hombrecillo. En 1942 también ven la luz de la escena las siguientes obras: Fuegos fatuos, de Dora Sedano; Maternidad, de María Madariaga; Cuando estés enamorada como una loca, de Felipe Sassone; Un timbre que no suena y La voz del silencio de Rafael López de Haro; Lady Amarilla, de Enrique Suárez de Deza; Marsalia, del Marqués de Cárdenas, El honor de los hombres, de Bartolomé Soler;Riesgo y ventura de Pérez, de Luis Lamana; Doña Paloma, de Enrique Paradas; Canción de navidad, de Ernesto Burgos; Ella, él... y un pobre hombre, de Luis Molero; El rigodón del amor, de Luis de Fernández Ardavín; Fino Lerma, de José de la Cueva; Soledad de un trono, de Fernando Periquet; Viaje de vuelta, de Ricardo Mazo; ...Y creó las madres, de Antonio Casas Bricio; Una visita en la noche, del mismo Casas Bricio y de José Méndez Herrera; A vela y a remo, de Federico García Sanchiz; Salón de té, de Luis de Vargas; Mi primo Jaime, de Antonio Escudero y Antonio García Burgos; El retablo milagroso, de Javier de Burgos, Díaz Giles y Figarelo. De Samuel Ros se estrena En el otro cuarto y se anuncia también La digestión del hambre.

Algunos estrenos tienen como objeto piezas de autores extranjeros, tales como las de Jean Giraudoux Amphitryon 38 y Electre, ambas de gran repercusión en las críticas teatrales de Madrid y Barcelona, ciudades ambas en las que se representan. Lo mismo puede decirse acerca del estreno de Dulcinea, de Gaston Baty. A esta relación deben ser añadidos los títulos El misterioso caso del Dr. Lewis, de Jorge Smith; La vida que te di, de Edward Childs Carpenter (con adaptación de Tomás Borrás); y, ofrecidos por el T.E.U., el ya citado Navidades en la casa Bayard, de Thornton Wilder y El ayunador, de Enrico Fulchignoni; de Dario Nicodemi se representan Retazo y (en versión de Eduardo Marquina) La enemiga, tanto en Madrid como en Barcelona.

La abundancia de dramas en la escena de1942 se completa con numerosas reposiciones, muchas de ellas de autores ya mencionados por sus estrenos. Destaca entre todos Jacinto Benavente, cuya relación de reposiciones en este año ofrecemos a título de ejemplo, con indicación de las respectivas fechas de estreno: El nido ajeno (1894); Más fuerte que el amor (1906); Abuela y nieta (1907); Los intereses creados (1907); Señora ama (1908); La malquerida (1913); La propia estimación (1915); La verdad (1915); El mal que nos hacen (1917); La otra honra (1924); El hijo de Polichinela (1927); Vidas cruzadas (1929); De muy buena familia (1931); El pan comido en la mano (1934); Cualquiera lo sabe (1935);¡... Y amargaba! (1941) yLa última carta (1941). Entre las obras de José Echegaray ahora repuestas, deben mencionarse El gran Galeoto y De mala raza; y, de las de Juan Ignacio Luca de Tena, ¿Quién soy yo?Por último, pueden ser consideradas como reposiciones las representaciones de algunos clásicos modernos, tales como Rostand (Cyrano de Bergerac) y, a través de numerosas puestas en escena y en diversos teatros de Madrid y de Barcelona, Don Juan Tenorio.