1.1. Los 2000

La llegada de Pascual Maragall (PSC) a la presidencia de la Generalitat en 2003 inició, en palabras de Gázquez, “un período de renovación de las estrategias de acercamiento y actuación frente al sector artístico” (2010:18) que cristalizó en 2008 con la Ley del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CONCA), la creación del primer Arts Council de España, primer intento de alejarse de la injerencia política. Sin embargo, el CONCA nació con ciertas dificultades y ha terminado con una dimisión de sus miembros, casi por unanimidad, en noviembre de 2011 por presiones del actual gobierno conservador³. Años antes, en 2004, el Departamento de Difusión Cultural se dividió en dos órganos: el ICAC (creación y pensamiento contemporáneo) y el ICIC (industria cultural). También aquel fue un período de fuerte descentralización respecto a Barcelona. Se crearon los Centros de Artes Escénicas en Reus, CAER (2005), de Terrassa, CAET (2006) y el de Girona-Salt, El Canal (2007). Paralelamente, las salas alternativas de Barcelona dejaron de ser el único referente en 2002 al crearse COSABA, Coordinadora de las Salas Alternativas de Cataluña: Sala Planeta (Girona), Sala Trono (Tarragona), Aurora (Igualada), Ponent (Granollers) y Tantarantana, Versus, Muntaner y Espai Brossa en Barcelona. COSABA, a su vez, está integrada en la Red de Teatros Alternativos de España.

En 2006, con el cambio de cartera de cultura de los socialistas a los independentistas, ERC, más interesados en lo local, se prioriza el triángulo idioma, cultura y nación. Abundan los espectáculos de pequeño formato que llenan los espacios periféricos de la ciudad de Barcelona, un off-off insinuado en los noventa por la efímera Sala Conservas (1994) y que en los 2000 se consolida con Antic Teatre, Nau Ivanov, La Poderosa, Hangar, Sala Flyhart, Akademia, Atrium…

Pero para garantizar la viabilidad del sector, había que consolidar una serie de empresas de producción, exhibición y distribución que en Cataluña adquieren un gran protagonismo en el nuevo milenio. Citamos a la tradicional empresa familiar Grup Balañá, que programa en locales tan monumentales de la capital catalana como el Coliseum o el Tívoli, Anexa (Teatro Poliorama) o Vània Produccions. Sin embargo, destaca el crecimiento sin precedentes de Focus y de Bitò Produccions.

Respecto a Focus, esta empresa de programación y producción teatrales que nació en 1986 de la mano de Daniel Martínez, se transforma en el poderoso Grup Focus en 2007, con una gran presencia en Barcelona: teatros Goya, Villarroel o el histórico Romea. En 2011, crea la operación BIT, Barcelona Internacional Teatre, bajo la dirección artística de Calixto Bieito y con la complicidad de varios escenarios europeos⁴. Focus también crea eventos y musicales, un género que ha arraigado en Cataluña en los 2000, tal como demuestra el interés de las empresas internacionales como Stage Entertainment, que ha estrenado recientemente Los Miserables (2011) en la capital catalana.

1.2. Generación de dramaturgos

La dedicación a la autoría autóctona con los seminarios de la Sala Beckett, los programas de dramaturgia del Institut del Teatre y la celebración del T6 del TNC desde 2002 (financiación de dramaturgos noveles), así como estrenos en los Radicals Lliures u otros escenarios, también en las salas pequeñas, ha promocionado a toda una generación de dramaturgos que han visto sus textos estrenados con gran rapidez: Pau Miró, Jordi Casanovas, Cristina Clemente, Marc Rosich, Carles Mallol, Guillem Clua, Pere Riera, Esteve Soler… La mayoría de ellos alternan la escritura teatral con la de guiones cinematográficos o de series para televisión y, justamente, algunos de sus textos denotan una escritura excesivamente contaminada de un lenguaje televisivo. Pero lo cierto es que a nivel institucional se ha realizado un gran esfuerzo para dar a conocer estos dramaturgos al exterior, especialmente a través de la iniciativa Catalandrama⁵.

1.3. Vitalidad gerundense

Bitò nació en Girona como empresa de producción y distribución en 1991. Programan desde su inicio el Festival de Otoño Temporada Alta, hoy ya el segundo de España en importancia y volumen, extendiendo su influencia al sur de Francia. Está liderado por Salvador Sunyer, quien también dirige El Canal y la Escena Catalana Transfronteriza⁶. Las comarcas gerundenses aparecen especialmente activas en los 2000, ya que a Temporada Alta hay que sumar la excelente labor del centro de investigación escénica L’animal a l’esquena (Celrà), tutelado por la compañía Mal Pelo y Toni Cots, y una serie de microfestivales, muestras de un teatro muy experimental: Mapa (Pontós), Panorama (Olot), Ingràvid (Figueres), FEM (Girona) o Emergent (Madremanya). Una vitalidad amenazada ahora por la crisis y que en 2010 vio como se disgregaba su compañía más popular, Teatre de Guerrilla, un trío de actores cómicos neorrurales muy conocidos por sus colaboraciones televisivas [fig. 1].