2. Baleares

Si bien en las décadas anteriores actores, dramaturgos y directores se formaban en Cataluña, donde muchos se involucrarían en su mundo profesional, en los 2000 aparecen una serie de factores que estabilizarán la situación teatral en las Baleares. Uno de ellos es la aparición de la televisión pública IB3 en 2005, que a través de series y dramáticos, ofrecerá oportunidades al sector. Y si bien la Associació d’Actors i Actrius Professionals de les Illes Balears data de 1998, será en la primera década del segundo milenio cuando el tejido se profesionalice plenamente al crearse en 2005 la asociación de empresarios teatrales, la asociación de teatros y auditorios públicos y, muy especialmente, la Escuela Superior de Arte Dramático de esta comunidad autónoma con sede en Palma de Mallorca.

También destaca el esfuerzo de los ayuntamientos que a inicios del siglo XXI inauguran o rehabilitan edificios de titularidad pública. El profesor Antoni Nadal incluye una larga nómina en su artículo “Panorama del teatre mallorquín de l’ADB fins avui” (2011, 87), solo en la isla de Mallorca encontramos doce nuevos escenarios: Calvià (2001), Santanyí (2007), Porreres (2008), Portocristo (2009), entre otros. No extraña que según las estadísticas del Ministerio de Cultura, Baleares registre la ratio más elevada respecto al número de butacas teatrales por habitante de todas las autonomías, concentrándose de forma significativa en las islas de Mallorca y Menorca.

Por otro lado, la relación del teatro balear, con un porcentaje muy alto de dramaturgia en catalán, con los teatros de Cataluña, tuvo un acuerdo muy fructífero con el Projecte Alcover que desde 1996 permite viajar a las compañías baleares a la Feria de Tárrega o a otros escenarios bajo el patrocinio del Institut Ramon Llull. Además, en 2008 se cierra un primer acuerdo de coproducción entre el TNC y la Fundación Teatre Principal de Palma cuyo primer montaje se convierte en un éxito de crítica y público: Mort de Dama, adaptación de la novela de Llorenç Vilallonga, dirigido por el mallorquín Rafel Duran. En este sentido, el Gobierno Balear ha impulsado la proyección de su escena contabilizándose 243 representaciones de compañías de teatro, danza y circo insulares fuera de su territorio entre 2005 y 2006.

También en los 2000 aparece un teatro alternativo en Mallorca en el que destacan nuevas compañías tales como La Impaciència, Corcada Teatre, Produccions de Ferro, La Fornal, Malvasia Produccions, Disperses, Teatre de Què, Centre Dramàtic De Marco, Gom Teatre, Teatre de la Sargantana, Au Ments, Trócola, Cia. Mariantònia Oliver, L’Enfilall Teatre, L’Ombra del Cranc, Cia. Manacorina Independent, Agustín el Casta…

De la misma manera, han sido unos años de una copiosa producción de textos, con un primer encuentro de dramaturgos baleares en 2003 en Lloseta, así como de diversas iniciativas editoriales para su publicación. Entre estas nuevas obras dramáticas destaca Memòria d’en Julià (2005), de Pere Fullana, miembro del veterano grupo mallorquín Iguana Teatre. Sin embargo, tal como señala Nadal, “la promoción y difusión de los autores baleares (vivos o muertos) ofrece dificultades que los gestores no consiguen superar” (2011: 90). Sí merece mención la publicación en 2006 del Diccionari del teatre a les Illes Balears (Mas i Vives, 2006), una herramienta fundamental para conocer su evolución y actualidad.

Respecto a Menorca, señalaremos la tradicional rivalidad entre Mahón y Ciutadella, dos ciudades que poseen magníficos teatros y una igualmente magnífica tradición teatral. Así, Mahón cuenta con el coliseo de ópera más antiguo de España, el Teatro Principal, que fue rehabilitado en 2001 y que hoy ofrece una destacada temporada lírica fiel a su historia. Por su parte, el Teatre del’s Born de Ciutadella, otro monumento que data de 1775, cerrado por obras de rehabilitación desde 2006, es también un símbolo de la dramaturgia balear, ya que en este escenario se otorga desde 1970 el prestigioso Premi Born de Teatre que han recibido los mejores autores en lengua catalana.

Resumiendo, el teatro balear se ha renovado en el siglo XXI, desde la comedia tradicional de Xesc Forteza que lleva más de medio siglo llenando los escenarios, desde la influencia del teatro catalán e internacional, la escena balear va encontrando su propio camino. Finalmente, solo comentar que el teatro catalán del País Valenciano se contemplará en el artículo correspondiente a esta autonomía.