2. El futuro bajo la niebla

Existen esperanzas, intentos, interesantes bocetos de creadores o de colectivos que apuntan a ser los que ocupen los escenarios en los próximos años. Son los emergentes, que han tenido su cobertura de ayuda institucional, especialmente en el campo de la danza contemporánea, fronteriza siempre con la performance o el teatro, su festival referencial el BAD (Bilbao Antzerkia Danza), con ayudas y coproducciones, su sala matriz donde exhibirse, La Fundición de Bilbao, pero probablemente estemos, otra vez más, ante individuos en formación, en búsqueda, que dan destellos, pero que no han conseguido establecer un discurso escénico diferenciado, propio, indiscutible. Hay que tener paciencia, propiciar que estos gérmenes vayan fructificando, componiendo sus propuestas en libertad y, si es posible, con recursos para que las puedan llevar a cabo sin demasiados agobios, porque, como siempre, muchos de los que han apuntado mejores maneras acaban cuajando en trabajos fuera de Euskadi y Navarra.

Imposible volver la vista atrás sin sentir vértigo, porque objetivamente se encuentran con pocas posibilidades reales de desarrollar sus inquietudes porque la distancia entre estos individuos o focos creativos, algunos saliendo de alguna escuela como la BAI (Bizkaiko Antzerkia Ikastegia), con el sistema productivo y de exhibición convencional imperante, agota las probabilidades de avanzar, ya que no existen circuitos adecuados, las programaciones habituales están pensadas desde un objetivo resultadista, buscando las grandes cuotas de ocupación, más que la búsquedas de nuevos públicos a base de otros lenguajes escénicos, que, además, en su inmensa mayoría, requieren de espacios no convencionales, no siempre frontales.

Entre los emergentes se deben señalar al grupo Kulunka, con un trabajo de máscaras, André y Dorin [fig. 7], tratando un asunto tan delicado como el mal de Alzheimer, han conseguido instalarse en las agendas de muchos tetaros, salir fuera de Euskadi, y realizar giras internacionales. Lo dirige Iñaki Rikarte, autor y director, que con otro grupo, Katu Beltz, ha dado muestra de su vocación por alinearse en un teatro realizado con lenguajes mucho más contemporáneos y tratando asuntos y temas menos convencionales.

En este principio del siglo XXI Euskadi y Navarra han reafirmado su tendencia a ser importadores, receptores, ya que no existe ninguna estructura institucional realmente dedicada a la producción, aunque tanto el Teatro Gayarre de Pamplona como el Teatro Arriaga de Bilbao hagan sus producciones o coproducciones. Receptores de primer orden, inicio de giras estatales de grandes compañías, incrementando incluso el número de salas y butacas, especialmente en Bilbao, todo está destinado, hasta que se agote el modelo, a ser plazas significativas para las giras “del norte”, antes exclusivamente veraniegas y actualmente durante toda la temporada, especialmente desde la apertura del Teatro Campos Elíseos en Bilbao, gestionado por Arteria.

Dos Ferias, la de Donostia, generalista de artes escénicas, y Leioa, dedica a las artes de calle, convierten a la CAV en una comunidad con una buen ratio población/ferias, y probablemente sea igual en el número de Festivales, aunque todos, en general, hayan ido perdiendo en los últimos tiempos algo de importancia, convirtiéndose en “programaciones especiales”, más que en auténticos festivales. Reseñemos por veteranía el Internacional de Vitoria-Gasteiz, el de Santurtzi, ambos generalistas, los que se mantienen en el tiempo con una constancia, al que hay que unir las Jornadas de Teatro de Eibar que cumplen sus trigésima quinta edición, además con la particularidad de estar vinculadas a la denominada antes Universidad Popular, hoy Complejo educativo, el grupo de la propia universidad, Narruzko Zezen, y desde hace décadas con el ayuntamiento como colaborador preferente e imprescindible.

Pero donde el cupo acaba con toda lógica es en el campo del títere, porque además de los dos grandes e importantes festivales internacionales, el de Bilbao, y el de Tolosa, son numerosas poblaciones que tiene su festival de mayor o menor intensidad, en algunos casos aprovechando las extensiones de los dos grandes, pero con autonomía programática añadida, que van dando apuntes para una cartografía festivalera y titiritera, tanto en la CAV como en Navarra que excede a cualquier medida equilibrada en relación a las compañías existentes dedicadas al títere o incluso de las programaciones habituales existentes de esta disciplina.

Y eso que se cuenta en Bilbao con un Centro de Documentación del Títere, y con el mejor museo, el mayor instrumento internacional dedicado al mundo del títere en Tolosa, Topic, con una sala de exhibición, videoteca, exposiciones permanentes y esporádicas, lo que le convierte en un lugar referencial de importancia internacional y que va creciendo en importancia dado a su actividad permanente lo que ayuda al difusión del títere, a su consolidación, estudio y creación.

Todo lo anterior es una foto de alcance parcial; es misión imposible no dejarse a alguien sin señalar, porque estamos ante una actividad dinámica, que se resiente de la situación precaria, que tiene a organizaciones como la Unión de Actores Vacos, o Eskena, que reúne a gran parte de la compañías y productoras profesionales, que procuran ordenar, junto a las instituciones, medidas para la mejora. Quizás se venga de unos momentos demasiado gremialistas, compartimentados, sin una visión general, cultural, teatral, y desde la burbuja económica quizás se haya olvidado sentar las bases sólidas para poder hacer frente a situaciones como las actuales. Los públicos han sido de aluvión, la programación en municipios tan cercanos provoca restas y no sumas de públicos, la política de precios de las entradas ha sido bastante demagógica, y ahora es difícil sostener una actividad con los únicos recursos de taquilla. Toca resguardarse del frío presupuestario. Imaginación, constancia, cambio de paradigma y reforma del sistema general serán parte de la solución. Seguiremos atentos a la evolución de individuos, colectivos e instituciones.