4. OTROS PREMIOS

Tras la autoría, a mucha distancia, el otro sector que cuenta con más premios destinados a su actividad es el de los intérpretes. En total, son 19 los premios de este tipo que muestra la Guía de las Artes Escénicas a fecha de noviembre de 2011, la mayoría de los cuales no están destinados exclusivamente a los actores. Entre los más significativos se encuentran el Ricardo Calvo para Actores y el María Guerrero para Actrices, que concede el Ayuntamiento de Madrid. Entre los ganadores más recientes del primero se encuentran Fernando Delgado (2002), Josep Maria Flotats (2003), Joaquín Notario (2006), Helio Pedregal (2007), Ginés García Millán (2008) y Roberto Álamo (2009). Entre las ganadoras del María Guerrero, se encuentran Julia Gutiérrez Caba (2000), Magüi Mira (2001), Blanca Portillo (2002 y 2009), Carmen Elías (2003), María Fernanda D’Ocón (2005), Petra Martínez (2006) y Lola Casamayor (2008).

Por el reconocimiento que suponen por parte de la profesión actoral, destacan igualmente los Premios de la Unión de Actores, que se entregan desde 1991. Estos premios se dividen en tres apartados: Teatro, Cine y Televisión, y en cada uno de ellos se entregan premios a: protagonistas, secundarios, de reparto y actor revelación. Además, se entrega el Premio Toda Una Vida para una trayectoria destacada, el Premio Unión de Actores para una labor de apoyo o de compromiso hacia la profesión y, más recientemente, se ha creado la Mención de Honor de Mujeres en la Unión. Entre los galardonados más recientes en la modalidad de Teatro se encuentran Gloria Muñoz, Manuela Paso, Carlos Hipólito, Ginés García Millán y Asunción Balaguer.

Bastante recientes son en nuestro país los premios de investigación dirigidos específicamente al sector de las artes escénicas. El más veterano de los que se convocan actualmente es el Leandro Fernández de Moratín, que convoca la Asociación de Directores de Escena desde 1998. Se concede a obras ya publicadas y no está acompañado de dotación económica, por lo que se trata de un premio meramente honorífico. Entre sus ganadores se encuentran Juan Antonio Hormigón (en cuatro ocasiones), Juan Aguilera, Manuel Aznar, Enrique García-Santo Tomás, César Oliva y Joaquín Álvarez Barrientos. En 2002 se creó el Premio Juan Cervera de Investigación sobre Teatro para la Infancia y la Juventud, que convoca ASSITEJ-España en honor a este estudioso del teatro infantil y juvenil español. Se convoca con carácter bienal, e intenta paliar la escasez de estudios que existen en nuestro país sobre este tema. El premio tiene carácter internacional, pues pueden concurrir a él autores de cualquier nacionalidad, siempre que las obras estén escritas en castellano. En 2008 se creó el Premio Internacional Artezblai de Investigación sobre Artes Escénicas, también de carácter internacional. Más reciente aún es el Premio Internacional de Ensayo Teatral, que aunque se convoca desde México, cuenta con la colaboración de la editorial española Artezblai y a él pueden concurrir ensayistas españoles e iberoamericanos. A diferencia del Moratín de la ADE, tanto el Juan Cervera, como el Artezblai y este último incluyen en sus bases la edición de la obra premiada, además de una dotación económica.

La traducción de obras teatrales cuenta únicamente con un premio destinado a esta actividad, el María Martínez Sierra, que concede desde 2003 la Asociación de Directores de Escena. Durante los años 2004 y 2005 existió un premio de adaptación, el Cipriano Rivas Cherif, que concedía igualmente la ADE, si bien desde entonces no se ha vuelto a convocar ningún otro premio destinado a este sector profesional.

También existen premios que se pueden dar a profesionales de cualquier ámbito de las artes escénicas, como el ya mencionado Premio Nacional de Teatro. Dicho galardón tiene sus orígenes en los Premios Nacionales de Teatro creados durante el franquismo, cuya primera convocatoria tuvo lugar en 1947²². Durante los años de la Transición, siendo Director General de Teatro Rafael Pérez Sierra, se unificaron los premios en uno solo, el Nacional de Teatro, que fue dotado con un millón de pesetas. Desde entonces, el Premio se concede o bien a un grupo o bien a un profesional de cualquier ámbito del espectro teatral. Entre sus ganadores se encuentran varios grupos de teatro (Teatre Lliure, Teatro de la Abadía, La Zaranda…); dramaturgos (Francisco Nieva, Antonio Buero Vallejo, Fernando Fernán-Gómez, Fernando Arrabal, Juan Mayorga…); actores (Guillermo Marín, José Luis Gómez, Amparo Rivelles, Josep Maria Flotats, José María Pou, Vicky Peña…), y directores (Lluís Pasqual, Miguel Narros…). Ocasionalmente se ha concedido a un escenógrafo (Emilio Burgos) o a un crítico teatral (José Monleón), y en su convocatoria más reciente se ha concedido a un iluminador (Juan Gómez Cornejo). Aunque en sus bases se establece que se recompensará una labor “puesta de manifiesto preferentemente a través de una obra o actuación hecha pública o representada” durante el año en curso²³, lo cierto es que tiene tanta importancia el trabajo concreto que se premia como la trayectoria del premiado. Los 30.000 euros que se conceden al ganador lo convierten en uno de los mejor dotados de los que se conceden en la actualidad.

Otros premios que se conceden a profesionales de todos los ámbitos de las artes escénicas son el Premi Nacional de Teatre de la Generalitat de Catalunya (que en sus convocatorias más recientes ha sido concedido a Mercè Arànega, Francesc Orella, Llüisa Cunillé, Lluís Homar o a la Sala Beckett, entre otros), el Premio Nacional ASSITEJ-España (para un profesional destacado del ámbito del teatro para niños y jóvenes) o el Premio Corral de Comedias de Almagro (que en sus ediciones de 2009, 2010 y 2011 se concedió respectivamente a José Carlos Plaza, Francisco Nieva y a Nuria Espert). En los últimos años, hay que destacar el Premio Valle-Inclán que concede el diario El Mundo y que, con 50.000 euros de dotación, es el mejor dotado de los que se conceden en la actualidad. Entre sus ganadores se encuentran Francisco Nieva, Juan Mayorga y Nuria Espert.

Finalmente, existen premios que se otorgan a diversas profesiones teatrales en sus distintas modalidades, como es el caso de los Premis de les Arts Escèniques de la Generalitat Valenciana, que se conceden tanto para la danza como para el teatro, y dentro de este último cuentan con modalidades para intérpretes, traductores, adaptadores, autores, directores, espectáculos (para adultos y para niños), compositores, figurinistas, iluminadores y escenógrafos. Así mismo, cuentan con distintas modalidades los Premis Butaca de Teatre de Catalunya: mejor montaje teatral, iluminador, figurinista, escenógrafo, compositor, autor, actores, director, producción española, producción extranjera y trayectoria artística. Entre sus ganadores se encuentran Jordi Casanovas (texto teatral), Max Glaenzel, Paco Azorín (escenografía), Anna Lizarán, Jordi Boixaderas  (interpretación), Lluís Pasqual (dirección), Montse Amenós (vestuario), Lita Claver “La Maña” o Enric Majó (trayectoria artística).

Aunque tal vez los premios que cuentan con un mayor número de modalidades (cerca de treinta) sean los Premios Max de las Artes Escénicas, que concede la SGAE desde 1998²⁴. Entre sus ganadores se encuentran Francisco Nieva, Juan Mayorga, Llüisa Cunillé, José Sanchis Sinisterra, José Ramón Fernández, Yolanda Pallín (todos ellos en la modalidad de mejor autor en castellano); Alfredo Sanzol, Rodolf Sirera, Jordi Galcerán (mejor autor en catalán o valenciano); Carlos Hipólito, Roberto Álamo, Francesc Orella (mejor actor protagonista); Vicky Peña, Rosa María Sardá (mejor actriz protagonista); Animalario, Teatre Romea, Albena Produccions (mejor productor de artes escénicas); Oscar Tusquets, Elisa Sanz (mejor escenógrafo) y muchos otros.

En definitiva, son muchos y muy diversos los premios de teatro que se convocan en España. Por lo general, suponen un reconocimiento y un respaldo profesional importante, aunque a veces su trascendencia es muy limitada. Su existencia se revela como un síntoma de la actitud proteccionista hacia el teatro que han demostrado las administraciones públicas desde los años ochenta hasta nuestros días, al tiempo que deja ver las paradojas e incongruencias de esta actitud.