Es de suponer que Gregorio Martínez Sierra y Enrique Borrás coincidieron en la necesidad de contar con un elenco capaz de poner en escena su repertorio, por lo que encontraron en la compañía del teatro Lara un importante suministro de actores y actrices con los que iniciar el proyecto. Esta compañía había obtenido cierto éxito con la representación de obras como Madame Pepita y Amanecer, pero, sobre todo, destacaba en ella la presencia de una joven actriz que pronto se convertiría en la principal protagonista de la mayoría de los montajes, Catalina Bárcena. Entre abril y mayo de 1915, Borrás, después de haber trabajado en el teatro Español, se incorporó a la compañía del Lara para representar Amanecer, función con la que acabaría en Madrid el 23 de mayo de 1915 y que ya daría paso a lo que sería la inminente presentación de una nueva compañía, la Compañía Cómico-Dramática Gregorio Martínez Sierra [Fig. 9]. Con la decisiva intervención de Enrique Borrás, la nueva compañía inició una gira por teatros catalanes –Lérida, Tortosa, Reus–, entre los meses de mayo y agosto de 1915, que culminaría con la llegada al teatro Novedades de Barcelona, primera plaza importante, en la que se presentaría el primer elenco, publicado por el diario El Imparcial (20.08.1915, p. 5). Figuraban como actrices Catalina Bárcena, Matilde Berrenchea, Matilde Galiana, Josefina Morer, Ana Quijada, Luz Romea, Rafaela Satorres, y Matilde Xatart; mientras que los actores anunciados serían Enrique Borrás, Juan Catalá, Manuel Collado, Vicente Huarte, Joaquín Montero, Fernando Mínguez, Alejandro Nolla, Manuel París, Enrique Quitart, Jesús Tordesillas y Eduardo Zaragozano. Pronto se sumarían otras dos actrices, Rosario Pino y Anita Morer para ofrecer un repertorio que incluiría obras de W. Shakespeare, Molière, Pérez Galdós, Guimerá, etc. A partir de este momento, y a lo largo de todo su tiempo de existencia, pueden encontrarse formando parte de esta compañía algunos de los nombres más significativos de la escena española de las primeras décadas del siglo XX, como Edmundo Barbero, Catalina Bárcena, Manuel Collado, José Crespo, Manuel Dicenta, Rosario García Ortega, José Isbert, Isabel Garcés, Milagros Leal, Josefina Morer, Ana María Quijada, Rafaela Satorres, Ricardo Simó-Raso, etc. No obstante, desde muy pronto fue aumentando el lugar que ocupaba Catalina Bárcena y fueron creciendo, igualmente, las dificultades para mantener a Enrique Borrás, quien muy pronto abandonaría la formación. Martínez Sierra intentó sustituirlo por Ricardo Calvo, pero este declinó amablemente el ofrecimiento alegando que ya estaba comprometido, lo que supuso el ascenso de Manuel Collado a primer actor, lugar en el que se mantendría durante todo el tiempo de existencia de la Compañía (Checa Puerta 1998).

Ya en junio de 1916 se anunció que la Compañía Simó-Raso se unía a la Compañía Martínez Sierra y juntas actuaron en Zaragoza, teatro Principal y Barcelona, teatro Romea, poniendo en escena obras como Madame Pepita o El retablo de maese Pedro. De ahí pasaron al teatro Principal, de San Sebastián, en el que conseguirían un notable éxito, según se desprende de la crítica publicada por El Imparcial:

Se puede afirmar, en justicia, después de ver la representación de anoche, que la compañía que ha logrado formar el señor Martínez Sierra es la más completa y más perfecta en su género que hoy día pisa los escenarios españoles (El Imparcial, 15.08.1916, p. 4).

La dura competencia surgida entre compañías, y cierto enfado de Eduardo Yáñez, empresario del teatro Lara, abrió una interesante guerra de contratos. Mientras Eduardo Yáñez anunció la contratación de Simó-Raso para Lara, Martínez Sierra hizo lo propio con José Isbert. Esta frenética carrera por completar la compañía llegó incluso a las vísperas del debut en Madrid. Pilar Pérez fue sustituida por Luisa Puchol, se contrató a Concha Catalá y, todavía en noviembre de 1916, se incorporaron a la compañía Pepe Ontiveros, Isabel Garcés y Alberto Romea:

Los periódicos de escándalo siguen hablando de nuestra empresa, y todos se meten con Yáñez en vez de meterse conmigo como de ordinario. Yáñez según me dicen sigue cada día más desconcertado: sólo el Heraldo le ayuda diciendo que en Lara no ha pasado nada, que la Abadía es una gran actriz digna de compararse y aun de superar a cualquiera y que el año próximo habrá una compañía monumental. No ha pasado nada en Lara, pero el caso es que en Valladolid desde que empezaron todos los días hacen obra nuestra, y casi siempre tarde y noche. Ayer recibí carta de Leocadia: dice que la perdone por lo pronto y que ya hablaremos más tarde, y me propone que hable a su hermana Irene, que probablemente aceptará […] Yáñez ha querido contratar a Thuillier, pero se ha vuelto a negar. María y Fernando dicen que en esta combinación sólo salgo ganando yo, y que he engañado a Borrás y a la Bárcena: aseguran que en Barcelona se disolverá la sociedad. (Checa Puerta 1998, carta 1)