Entrevista

EF: Si este año el lema del Festival de Almagro es el de ser más americanista, más feminista y más inclusivo ¿qué otros objetivos tienes para el futuro? ¿Cimentar estas miradas o seguir enriqueciéndolo hacia nuevas aperturas?

IG: Esas miradas deben consolidarse, pues son diferentes de lo que había anteriormente y no es fácil cambiar paradigmas y visiones del repertorio en sólo dos años, debemos seguir en ese camino con las autoras, los textos de otras geografías y las miradas actuales desde lo femenino, lo americano, lo accesible y lo inclusivo. Probablemente seguimos quedándonos cortos en la panorámica del verso, y seguro que sigue habiendo artistas y espectadores que creen que el teatro clásico no es para ellos, y entonces debemos preguntarnos por qué creen que no les apela y buscar la manera en la que no queden excluidos a priori y se puedan plantear participar o disfrutar del Festival y sus espectáculos, sea cual sea su mirada y gusto.

EF: La última pregunta, aunque no es tan seria como las demás, no puedo resistir a no hacértela ¿con qué tres de nuestras autoras o autores áureos se iría Ignacio García a cenar (o mejor, de copas)?

IG: Prefiero la idea de la cena, y para eso elegiría a Calderón, a Sor Juana y a Cervantes, que creo son inteligentísimos, lúcidos, brillantes, profundos, poéticos, y darían para una enjundiosa charla. Me costaría dejar fuera a tantos autores y autoras que tanto admiro, ya que el elenco del Siglo de Oro es muy amplio. Quizás para las copas después invitaría a Lope, que no es mal compañero de juerga, o si me dieran a elegir, cambiaría la copa por un retiro místico con San Juan de la Cruz, Fray Luis y Santa Teresa.