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1. MONOGRÁFICO

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1.7 · En el Centenario de Valle-Inclán: Águila De Blasón, dirigido por Adolfo Marsillach.

Por Guadalupe Soria Tomás y Eduardo Pérez Rasilla.
 

 

Pocos años después, Marsillach contestará con sorna estas palabras en su célebre autobiografía Tan lejos, tan cerca, en las páginas en las que habla del montaje de Águila de blasón. Pero, más allá de la esperable réplica al tan atrevido como innecesario perfil psicológico imaginado por el antiguo director general, interesa el relato de Marsillach sobre lo sucedido con el estreno de esta obra, contado desde la distancia con el característico y ácido humor del director de escena (Marsillach, 1998, 284-285):

De repente a alguien –¿José María García Escudero?– se le ocurrió que, puesto que José Luis Alonso dirigía el María Guerrero y yo el Español, estaría bien que yo dirigiese en el teatro de José Luis y él en el mío. La idea no era buena ni mala, pero, al menos, ofrecía cierta novedad. José Luis eligió La dama boba y todo el mundo estuvo de acuerdo. Yo propuse: (a) Luces de bohemia, y me dijeron que no, (b) Romance de lobos, y que tampoco; y (c) Águila de blasón, que finalmente fue aceptada.
¡Una trampa, una indignante trampa!
[…] a mitad de los ensayos me volvió a convocar García Escudero en su despacho.
–¿Otra vez la Junta de censura?
–Otra vez, usted ya sabe Marsillach que si por mí fuera…
–Sí, sí, ya sé. ¿Qué pasa ahora?
–Hay que suprimir dos escenas
–¿Y si me niego?
–Hombre Marsillach, no lo haga usted todo más complicado.
–Yo no censuro a Valle-Inclán, le tengo demasiado respeto.
–¿Quién habla de censurar? Mire, usted dice que esas dos escenas son técnicamente imposibles de montar y ya está. ¿Cuál es el problema?
Telefoneé a Carlos Valle-Inclán […] y le conté el encuentro que acababa de tener con García Escudero. Como era de esperar –y de desear– se llevó un disgusto de tamaño considerable y amenazó con provocar un escándalo internacional. […]
Al otro día, según lo pactado, apareció Calos Valle-Inclán –hijo primogénito del gran escritor y poseedor de los derechos de Águila de blasón– y le acompañé al Ministerio de Información y Turismo. […] Acordamos que la conversación con García Escudero la mantuviese él sólo –no parecía conveniente echar más leña al fuego– y que yo esperase el resultado en la cafetería Aitana […]. Transcurrían los minutos y Carlos Valle-Inclán no regresaba. Cuando ya me estaba imaginando lo peor […] apareció el ilustre hijo de don Ramón encantado de la vida.
–¿Qué tal? ¿Cómo ha ido?
–Bien, muy bien. Tiene razón García Escudero: no importa quitar esas escenas. Al fin y al cabo no añaden nada a la obra.
[…]
Águila de blasón se estrenó sin esas escenas y nadie protestó. ¿Quién iba a protestar si al propio hijo de Valle-Inclán le daba igual? Yo tuve un gesto inútil –otro– y dimití.

La cita es larga, pero necesaria para poder cotejarla con la de García Escudero y, sobre todo, con la copiosa documentación que sobre el asunto se conserva en el Archivo General de la Administración (AGA). Por ella sabemos que los trámites para la autorización del texto fueron engorrosos y se dilataron en un tiempo que se pobló de vacilaciones y escrúpulos, tal como dejan ver las numerosas cartas cruzadas entre los afectados por la situación y los responsables de resolverla. Los documentos ponen en evidencia la pretendida actitud tolerante de la que presumía García Escudero, pero también dejan al descubierto el respeto al original valleinclaniano de que se enorgullecía Marsillach. A nadie puede extrañar que ya en su momento Ricardo Doménech hablara de una “grave mutilación del texto” (Doménech, 1966, 119)

El que se presentó a censura muestra ya supresiones importantes respecto a la obra escrita por Valle-Inclán. Faltan enteras las escenas quinta y sexta de la Jornada segunda, la escena tercera de la Jornada cuarta y buena parte de la escena cuarta de la Jornada quinta. Además hay supresiones en la escena primera de la Jornada tercera y en la escena tercera de la Jornada cuarta, así como algunos cortes en varias acotaciones. El más significativo es el que afecta a la acotación que remata la escena cuarta de la Jornada segunda.

En sesión del día 1 de marzo de 1966, la Junta de Censura Teatral decidió autorizar para mayores de 18 años la representación de Águila de blasón con las adaptaciones en las páginas que se indicaban (AGA, 73/09535, expte. 0083/66): 34-36-46-76-77-88-90-91-96 a 102, ambas inclusive, y 120-121.

El documento lleva la firma del secretario de la Junta con el visto bueno del presidente, que era el propio García Escudero. Se adjuntan los informes de los censores, que reproducimos a continuación:

  1. Dictamen del vocal P. Blajot
  2. “ÁGUILA DE BLASÓN”
    Valle Inclán
    El texto íntegro no puede, a mi juicio, autorizarse, y menos para el “María Guerrero”. La cuestión es, pues, ¿puede mutilarse una obra de Don Ramón?
    Considero irrepresentables las escenas 4ª y 6ª de la Jornada quinta [se refiere, sin duda, a la Jornada cuarta]. Ahora bien, hay que tener en cuenta que se trata de episodios breves y sueltos, sin inmediata conexión lógica o cronológica con los demás y, en definitiva no esenciales para la inteligencia de la obra. Tales escenas, ¿no se suprimen a veces por razones de ahorro de tiempo y aligeramiento de la representación?
    Además habría que suprimir las siguientes expresiones.
    p. 26. DON GALÁN: (saldríamos) de mozas (son seminaristas) [“(son seminaristas)” aparece escrito a mano; aunque el personaje que habla –Don Galán– y su interlocutor –Don Juan Manuel– no son seminaristas].
    34. D. PEDRITO: el cabrón de tu marido
    36. [D. PEDRITO]: Para que se acuesten conmigo no se requiere que duerma debajo de la cama ningún cabrón.
    LIBERADA: Solo mi marido me calienta las piernas en la cama
    46. D. GALÁN: y qué pechos más blancos… y qué buena ama de un canónigo
    85. EL CABALLERO: Quiero que me caliente la cama
    87. D. GALÁN: Te lamería toda
    [D. GALÁN]: Te acuestas que la cama es ancha
    120. EL CABALLERO: El cabrón de tu marido
    121. [EL CABALLERO]: “ese cabrón”
    Además hay que vigilar la puesta en escena de lo que indicado en las acotaciones de pp. 76 y 88.
    VOCAL: P. Blajot [rubricado]

  3. Dictamen del vocal D. Sebastián B. de la Torre
  4. ARGUMENTO
    El conocido por la Junta.-
    INFORME
    La obra conserva el vigor recio y expresivo del estilo del autor, especialmente cuando toca los temas populares. Su categoría literaria hace permisible ciertas licencias y obligan a un respeto del texto que nada tiene de gratuito ni de superficial. No obstante, conviene la supresión de algunos vocablos que acaso resulten demasiado radicales para un público normal y el cuidado de las escenas siguientes:
    La de la Molinera y D. Pedrito; la del rito de la preñada; la de Liberata en la habitación del Caballero y la de la Pichona y los dos hermanos. Con el cuidado especial de la puesta en escena y las supresiones de texto que se indican, puede autorizarse.
    SUPRESIONES
    ACTO 1º. […] Suprimir la palabra “cabrón” en las páginas 34, 36, 120 y 121
    Vocal: [rubricado]

  5. Dictamen del vocal D. Arcadio Baquero
  6. ARGUMENTO
    INFORME
    Mayores de 18 años. Debe cuidarse la puesta en escena
    SUPRESIONES: /
    Vocal: [rubricado]

 

 

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