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7. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

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7.1 · De Paco, Mariano, El teatro de los hermanos Álvarez Quintero, Murcia, Editum, 2010, 246 pp.

Por Emilio Peral Vega.
 

 

Portada del libro


De Paco, Mariano, El teatro de los hermanos Álvarez Quintero, Murcia, Editum, 2010, 246 pp

Emilio Peral Vega
Universidad Complutense de Madrid


La presente monografía constituye la culminación para una serie de trabajos previos del profesor Mariano de Paco (Catedrático de la Universidad de Murcia), entre los que caben ser citados “El teatro de los Quintero en la posguerra: dos visiones en la escena” (2002) y “Habla y humor en el teatro de los hermanos Álvarez Quintero” (2004), pero sobre todo la edición crítica, para la editorial Castalia –en su colección de Clásicos– publicada en 2007. Es, por tanto, un feliz punto de llegada, al que se suman, también, algunas aportaciones, coincidentes en el tiempo, de otros investigadores que, en la misma línea, han reivindicado a los dramaturgos sevillanos como un eslabón fundamental en la historia teatral española contemporánea; pongo por caso las realizadas por C. Brian Morris, desde la ladera ideológica (2001); por Esther Borrego, con ocasión del estreno de dos sainetes líricos por el Teatro de la Zarzuela de Madrid (2004), o por Javier Cuesta Guadaño, desde la perspectiva del teatro breve (2008). En la referida edición de Castalia se presentaban, enmarcadas por un estudio previo y una anotación exhaustivos, tres obras de diversa condición: El ojito derecho, Amores y amoríos, y Malvaloca, un juguete cómico del género chico, una comedia y un drama, respectivamente, con la intención de mostrar cuán variado fue el abanico estético de este tándem creativo y, en consecuencia, borrar, con rigor investigador y de un plumazo, los prejuicios que su práctica teatral ha suscitado entre la crítica académica de las últimas décadas. Porque ese, y no otro, es también el objetivo principal de El teatro de los hermanos Álvarez Quintero: colocar en su justo puesto la labor de estos dos hermanos  –estandartes de una lección de “gemelismo literario”, como quería Ramón Pérez de Ayala–, que no sólo coparon las carteleras en vida sino que permanecieron en ellas durante gran parte del franquismo y, de forma mucho más intermitente, a partir de la llegada de la Democracia; una trayectoria que, si fértil, también menospreciada, con no pocas dosis de displicencia. El trabajo del profesor murciano constituye, pues, un riguroso ejercicio de revisionismo que busca desterrar la idea de que todo teatro ensalzado por el pueblo merezca un tratamiento menor, por mucho que en su estudio hayan de ser tenidos en cuenta otros parámetros, habitualmente despreciados para los intentos más elitistas, tales como la sociología o la poética de la recepción. Se trata de un teatro que, si bien apartado del antirrealismo modernista, primero, y vanguardista, después, alberga como principal valor su capacidad representativa respecto de un pueblo, el andaluz –pero también el español– retratado en sus más variadas capas y en sus problemas cotidianos.

El ensayo se estructura en ocho apartados –si exceptuamos el prólogo, a cargo de Rogelio Reyes Cano, profesor de la Universidad de Sevilla, la introducción, la palabra final y un sugestivo apéndice en el que se incluyen los “estrenos de los hermanos Álvarez Quintero por orden cronológico”, las “obras sin estrenar” y las “obras traducidas por orden alfabético”– mediante los cuales se hace un repaso detallado por la producción dramática de los sevillanos. El primero de ellos, el titulado “Serafín y Joaquín Álvarez Quintero: vida y teatro” aborda, desde una perspectiva biográfica, algunos de los episodios más sugestivos de su trayectoria, tales como el estreno de El patio, en 1900, una pieza que supuso un cambio de orientación y una apuesta decidida por el empleo del habla andaluza, retratada ahora en toda su riqueza; o así también el posicionamiento de los hermanos ante la llegada de la Segunda República, en absoluto negativo, a pesar de que, desde muy pronto, temieran sus excesos, y la reacción ante el advenimiento de la Guerra Civil, en la que, aun cuando quedándose en Madrid, no participaron en ningún acto público y no permitieron que ninguna de sus obras fuera exhibida. Una premeditada posición equitativa que no es muy distinta a  la expresada en su teatro, repleto de “idílica bondad natural” y “exultante optimismo”, en un decidido decantamiento por las tablas como ámbito de reconocimiento, sí, pero también de solaz para el espíritu, con independencia de la crudeza de la situación circundante.  

El segundo capítulo lleva por título “Andalucía y andalucismo”. En él se analiza uno de los resortes más apreciados del teatro quinteriano: el empleo de la variante andaluza coloquial como forma de realismo y, sobre todo, como vehículo de caracterización de los personajes que, si bien adscribibles en muchos casos a la categoría de tipos, la rebasan en otros tantos. De vital importancia para el objetivo apuntado en el conjunto es la tercera de las partes, “El teatro de los Quintero y la crítica de su tiempo”, puesto que, a partir de un buen acopio de fuentes, demuestra De Paco el apoyo que les brindaron alguno de los más voraces críticos de entonces, entre ellos el temido Clarín, para quien los Quintero, a propósito del estreno de Los galeotes, “traen una nota nueva, rica, original, fresca, espontánea, graciosa y sencilla…”. En la cuarta sección, se analiza la recepción del teatro quinteriano desde la posguerra hasta nuestros días. Es de destacar el recuento de las innumerables adaptaciones cinematográficas, sin parangón respecto de sus contemporáneos, que merecieron sus piezas, así como el repaso de los elogios que les dedicaron creadores de la más diversa condición e ideología, desde Torrente Ballester, para quien los Quintero son “grandes constructores de comedias”, pasando por el poco proclive a la loa Luis Cernuda, en un conocido artículo del año 1962, hasta llegar al más cercano Alfonso Zurro, dramaturgo para quien resulta una incongruente paradoja estar ante una de las firmas más representada en la España contemporánea, que, sin embargo, no merece más allá de “unas líneas de pasada” para la mayoría de los historiadores. Documenta De Paco una posible inflexión en este rumbo negativo apuntalada en el estreno de Las de Caín, con dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente, en 1993 y, en segundo lugar, en la producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid, de 2004, con un cartel compuesto por los sainetes líricos La mala sombra y El mal de amores, bajo la dirección del muy “quinteriano” y el muy “sainetero” Francisco Nieva, autor que, como pocos, ha sabido integrar, sin que las costuras disuenen, la veta más popular de nuestra dramaturgia –aquella que se remonta a los pasos y entremeses siglodoristas– y las líneas del teatro de vanguardia –desde Artaud hasta el surrealismo–.

Los últimos capítulos se consagran al análisis de los diversos géneros explorados por los Quintero: el género chico, las comedias (El patio, Los galeotes, Las de Caín, Amores y amoríos, Mariquilla Terremoto…) y la menos conocida dedicación a los dramas y los poemas dramáticos. Especialmente sugestivas son las páginas dedicadas a Malvaloca y a los poemas dramáticos Rondalla y Madreselva, entre otros. Termina De Paco con una faceta colateral en la variada dedicación a las tablas de los Quintero, la de la adaptación, en la que descuella, entre otras, la realizada a partir de Marianela, la novela de Galdós, que fuera llevada al teatro por Margarita Xirgu en 1916.

Como fácilmente puede deducirse de las palabras previas, El teatro de los hermanos Álvarez Quintero es, ya, una obra de referencia no sólo para acercarse a la obra de estos autores sino para adentrarse en una nueva visión, menos prejuiciada –y en ese mismo camino van, por ejemplo, los trabajos de Víctor García Ruiz y Gregorio Torres Nebrera sobre el teatro de posguerra– de la historia dramática reciente de nuestro país. A la rigurosa investigación y la prosa ágil, Mariano de Paco une la virtud de colocar a los Quintero en el lugar que históricamente se merecen, no más arriba pero, tampoco, más abajo.

 

 

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