Gutiérrez Carbajo, Francisco, Tragedia y comedia en el teatro español actual. Hildesheim-Zürich-New York, Georg Olms Verlag, 2010, 221 pp

Santiago Trancón

El autor de este importante estudio ha seguido de cerca, desde hace muchos años, la trayectoria de los autores más representativos del teatro español actual. Tiene conocimiento, no sólo de los textos dramáticos que han escrito, sino de los estrenos y las representaciones a que han dado lugar. Su análisis, por tanto, no es sólo teórico y literario, sino que incorpora las reflexiones nacidas de la práctica escénica. Es una tarea llena de dificultades; primero, porque no resulta fácil abrirse camino y seleccionar entre la gran cantidad de autores, con su diversidad de tonos, estilos e intenciones dramáticas; pero también porque hay que equilibrar el análisis concreto con la perspectiva de conjunto, descubrir las tendencias de fondo, por encima de la heterogeneidad textual y escénica. Trabajos como éste son imprescindibles para poder elaborar luego, con el paso y la depuración del tiempo, estudios históricos en los que se valore con mayor perspectiva el momento teatral actual.

Este libro, que ha sido publicado por la prestigiosa editorial alemana Georg Olms Verlag, recapitula trabajos que el autor ha ido ofreciendo en diversas revistas y libros, y nos los presenta ahora con cierto orden temático. Tiene, por tanto, una primera utilidad, que es la de acercarnos a estudios dispersos a los que de otro modo sería difícil acceder.

Comienza con una reflexión sobre los conceptos de lo trágico y lo cómico, que recoge las aportaciones más importantes de filósofos clásicos y modernos. Muestra cómo lo trágico y lo cómico nunca han estado desvinculados, ya que son dos modalidades dramáticas (y dos actitudes vitales) que mantienen entre sí una relación dialéctica. Lo trágico tiene que ver con la condición mortal y esencial del hombre: su “inhospitalidad” en el mundo (Heidegger), su “voluntad” y orientación hacia la consecución de metas inalcanzables (Schopenhauer), la contradicción entre el “sueño apolíneo” y la “embriaguez dionisíaca” (Nietzsche) o el querer “ser todo” sin dejar de “ser sí mismo” (Unamuno). Lo cómico (la risa, el humor, la ironía, la sátira, la farsa, lo grotesco y esperpéntico) surge como un mecanismo de liberación y de distanciamiento, de rechazo de las verdades absolutas y la necesidad de subvertir y transgredir el orden social y simbólico impuesto. A partir de este marco teórico general, el autor analiza, en doce capítulos, obras de Alfonso Vallejo, José Sanchís Sinisterra, Lourdes Ortiz, Angélica Liddell, Lauro Olmo, Carlos Muñiz, Ana Diosdado, José Luis Alonso de Santos y Fernando Quiñones, al que se añade otro capítulo en el que se revisan los textos teatrales actuales más destacados de muchos otros dramaturgos.

El autor ha seleccionado las obras analizadas teniendo en cuenta los aspectos innovadores de cada texto, mostrando cómo tradición y modernidad no son incompatibles. El análisis de la obra de Alfonso Vallejo es destacable, teniendo en cuenta que Gutiérrez Carbajo ha editado casi todas sus obras dramáticas, además de ser el mayor especialista en su poesía. En este caso se centra, entre otras, en las siguientes obras: Panic, Hiroshima-Sevilla 6ª, Bagdad, El escuchador de hielo y Katakumbia. Alfonso Vallejo es sin duda uno de los autores con mayor voluntad innovadora de nuestro teatro, que no ha sido suficientemente reconocido al no haberse representado en condiciones adecuadas gran parte de sus obras.

El estudio quizás más original sea el llevado a cabo sobre la obra de Angélica Liddell, una autora cuyo teatro está lleno de intensidad, patetismo, subversión y transgresión. Se hace un recorrido por la mayoría de sus obras, pero se revelan sobre todo los aspectos constructivos y deconstructivos de Y los peces salieron a combatir contra los hombres. La complejidad de su dramaturgia le lleva al autor a estudiar los siguientes contenidos temáticos y formales: “la intertextualidad, la autobiografía, el dolor y el miedo, la prostitución, las instituciones familiares y religiosas, el mundo de los niños y los mitos infantiles, la maternidad, la animalización, la política, la metateatralidad…” (p.126).  

En Sangre lunar, de José Sanchis Sinisterra, y en Rey Loco, de Lourdes Ortiz, analiza Gutiérrez Carbajo los aspectos dramáticos y tragicómicos de situaciones extremas (una persona en estado de coma y los últimos momentos de la vida de Luis II de Baviera), indagación que se puede aplicar a otras obras de nuestro teatro actual. Lo cómico y la intriga destacan en la obra de Ana Diosdado, La última aventura, y en este estudio descubrimos, más allá de la superficie, las connotaciones dramáticas inherentes a toda relación humana intensa, sobre las que este texto se asienta.

Lauro Olmo y Carlos Muñiz, representantes de los dramaturgos de la generación realista, tampoco se alejan, como una mirada reduccionista pudiera suponer, de los planteamientos básicos de la tragedia, aunque siempre aparecen éstos bajo una estructura cómica y satírica. Gutiérrez Carbajo ha contribuido decisivamente a la revaloración de estos autores. Aquí realiza un análisis clarificador de Un cierto sabor a angulas,de Lauro Olmo, y de Miserere para medio fraile y Un solo de saxofón,de Carlos Muñiz, destacando, entre otros elementos, su estética neoexpresionista.

José Luis Alonso de Santos es un autor fundamental del teatro español actual, que ha asentado su escritura tanto sobre la tragedia como la comedia, aunque es sobre todo en el género de la comedia y el humor donde ha alcanzado mayores éxitos de público y crítica. Sus tragedias son, como él bien dice, “tragedias cotidianas”, contradiciendo el tópico de que la tragedia no es un género de nuestros días. Alonso de Santos, como bien señala Gutiérrez Carbajo, realiza una constante reflexión sobre “el teatro de la vida”, “la vida del teatro” y el teatro del teatro”. Aquí se estudia La comedia de Carla y Luisa, revelando el dominio que el autor tiene tanto de la comedia clásica (Plauto) y el entremés, como de la técnica cinematográfica (Woody Allen).

Rafael Álvarez El Brujo es sin duda uno de los actores más originales y destacados del teatro actual, comparable, sin exageración, a los mejores actores del siglo XX, como Dario Fo o Victorio Gassman. Uno de sus últimos montajes, El Testigo, basado en una obra de Fernando Quiñones, es objeto de análisis en otro de los capítulos de este libro. Es de agradecer que en los estudios del teatro español se incluya de modo relevante a esos dos nombres, uno por ser un escritor al que no se ha dedicado la atención que merece, y otro por poseer una capacidad interpretativa y creativa extraordinaria que, acaso por trabajar de modo individual sobre la base del monólogo, tampoco ha recibido el reconocimiento merecido.

Podemos considerar el penúltimo capítulo Estrategias deconstructivas y lúdicas en algunos textos teatrales actuales, como un verdadero cierre del libro. Se plantea aquí la necesidad de encontrar las claves más comunes del teatro español actual. Se reflexiona así sobre la farsa negra de Martínez Mediero, de deconstrucción paródica de Jesús Campos, el humor negro de Juan Ignacio Ferreras, el metateatro en Paloma Pedrero, la crítica de la postmodernidad en Carmen Resino, la desestructuración del personaje en Yolanda García Serrano, el exceso retórico en Rafael Mendizábal, etc. Paco Mir, Laila Ripoll, Joseph Pere Payró, Teresa Calo, Tomás Afán, Íñigo Ramírez de Haro, Roberto Vidal Bolaños, Ernesto Caballero, etc. son otros de los autores estudiados. Especial atención se presta a El Club de la Serpiente de Paco Sanguino y a la sátira y la denuncia social de La Cena,de Albert Boadella.

Después de la lectura de este sugerente ensayo vemos con mayor claridad los temas y problemas a los que la dramaturgia española actual se enfrenta. A modo de apresurado resumen, podemos enunciarlos de este modo:   

Poética de la fragmentación frente a la unidad de acción clásica; cuestionamiento del principio de causalidad.
Resistencia a la linealidad del tiempo; subjetividad frente a la continuidad temporal.
Digresión, libre asociación de elementos superficialmente heterogéneos.
Contraste y mezcla entre lo denso y trascendente, y lo trivial e irrelevante.
El cuerpo como sede de la identidad personal, no los rasgos de personalidad.
Inconsistencia psicológica y mental del personaje; diversidad y contradicción frente a unidad y consistencia.
Desmoronamiento de la moral burguesa; subversión y transgresión de los valores dominantes.
Fracaso de la palabra, imposibilidad de la comunicación.

No son éstos problemas específicos de teatro español actual, sino comunes a la dramaturgia “global”, pero parece claro que nuestros autores, desde hace ya varias décadas, se han visto especialmente atraídos e interesados por estos retos y contradicciones, tal y como este libro nos muestra de modo clarificador.