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TORNERO, Helena,
Sumergirse en el agua

Madrid, Anaya, col. Sopa de Libros Teatro, 2008, 116 pp. Il. Irene Fra.

 

Personajes:
4 h., 3 m., 3 policías, 4 que no han visto nada.

Sinopsis argumental:
Esta obra ganó el primer Premio SGAE de Teatro Infantil y Juvenil. Helena Tornero es una joven autora de Girona que conoce bien las tablas por dentro, pues se ha formado como actriz, clown y cantante.

Sumergirse en el agua es una historia dura y realista que sus editores recomiendan para jóvenes a partir de doce años. Para escribirla, su autora partió de una noticia aparecida no hace mucho en los periódicos, o mejor dicho, de dos noticias muy relacionadas entre sí. Una de ellas fue la de una manifestación en Berlín de un grupo nazi que protestaba contra la prohibición de su organización; la otra, la de un niño ahogado en una piscina por motivos racistas. “De cuando en cuando –escribe la autora–, buscando algún otro documento, la noticia de aquel niño salía a la superficie, insistente, y me reclamaba una historia. Y yo, como los testigos de la piscina, me hacía la sorda, aunque sentía que ahí había una historia que no dejaría de perseguirme hasta que no fuera contada” (p. 8).

La autora nos muestra la historia de un niño bastante acomplejado, Stefan, que se enamora de una niña, María, la cual, a su vez, se enamora de un niño de otra raza, Josué.

Los padres de Stefan le llevan a una terapia y, cuando parecía que empezaba a mejorar, el niño conoce a un chico algo mayor que dice tener la solución a sus problemas, una solución violenta y radical. Stefan, que en un principio se resiste, se ve arrastrado por los acontecimientos hasta llegar al trágico final.
La profunda frustración de los violentos, su falta de empatía, los celos y la envidia constituyen el t

asfondo de esta historia que intenta ahondar en los motivos de la violencia y desenmascarar las causas que se ocultan bajo los discursos racistas y discriminatorios. Para transmitirnos esta trama, la autora se vale de recursos más narrativos que teatrales, sobre todo al final, donde los personajes, de pie frente al público, relatan lo ocurrido en una narración a varias voces.

Apud. B. Muñoz, "2008: La crisis también alcanzó al teatro para niños", Lazarillo. (Revista de la Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil), núm. 21 (2009), pp. 62-68.


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