Antes de afincarse en Madrid, Sazatornil trabajó muchísimo en el Paralelo, en los cincuenta, y fue, me contaba mi abuelo, el galán cómico de la compañía de Martínez Soria […]
En 1967, la primera vez que fui a Madrid, el rostro de Saza (con su resplandeciente dentadura) me saludaba desde el cartel de Un fantasma con jipijapa en los carteles del Valle Inclán, aquel teatro que estaba en los bajos del rascacielos de la plaza de España. Dos años más tarde vuelvo a verle en Una vez al año ser hippy no hace daño, de Javier Aguirre, uno de mis disparates favoritos, donde interpreta, con melena y barbaza, a un gurú a lo Mahareshi que resulta ser un cocinero de Tarrasa llamado Bonet, así travestido para timar a incautos en Marbella.
Entre finales de los setenta y los primeros ochenta, Sazatornil simultanea el cine y el teatro (mayormente como empresario de revista) y escribe (con el seudónimo de Mariano Zazurca), interpreta y dirige varias funciones de enredo no demasiado distinguidas, como Una vez a la semana… sin fallar (1977) y ¡Qué campanada! (1979), en el madrileño Teatro Club.
Siguen dos colaboraciones de lujo en La colmena (1982) y El año de las luces (1986), y un triunfo teatral en La Latina: la versión musical de La venganza de don Mendo, de Muñoz Seca, con letras de Enrique Llovet y Alfonso Ussía y partitura del maestro García Segura, dirigida por Gustavo Pérez Puig. Saza era un Don Mendo desaforado pero con muchísima gracia, colocando con la sabiduría de años y años de oficio […]. Me perdí, lástima, su retorno al teatro con Los caciques, de Arniches, que posiblemente fue lo último que hizo, en 2002.
Último recuerdo de Saza: en 2003 tuve el honor de que presentara, mano a mano con Manuel Alexandre, mi novela Comedia con fantasmas, en el Teatriz, el restaurante madrileño que ocupaba el antiguo teatro Infanta Beatriz, y que Saza y Alexandre recorrían aquella mañana a paso lento, tratando de seguir los caminos borrados ("¿No estaban aquí los camerinos?") como quien visita las ruinas de una época muy lejana. "Aquí tuve yo un triunfo grande, no sé si te acuerdas, Pepe, con Vamos a contar mentiras", decía Alexandre. "Hombre, Manolo, perdona, para éxito grande el que tuve yo con Las que tienen que servir". Y así seguían, de camino a la mesa, retándose y riendo.
Marcos Ordóñez, “El cómico se despide para siempre: “¡Éxitos mil te desea Sazatornil!”, elpais.es, 25 de julio de 2015.
La planxadora de la plaça del Pi, de Salvador Bonavía. Dirección: Pío Daví. (1947)
Las siete mujeres de Adán, de Francisco Prada, Ignacio Iquino y Lledó. (1948)
Una noche de primavera sin sueño, de Enrique Jardiel Poncela. Dirección escénica: Félix Ros. (1950)
Tú eres la otra, Libro: Manuel Paso Andrés. Composición musical: Daniel Montorio. (1951)
Milagro en casa de los López, de Miguel Mihura. Dirección escénica: Mario Antolín y Miguel Mihura. (1964)
Un fantasma con jipijapa, de Horacio Ruiz de la Fuente. Dirección: José Sazatornil. (1967)
No somos ni Romeo ni Julieta, de Alfonso Paso. Dirección: Alfonso Paso. (1968)
Mientras la gallina duerme, de Manuel Martínez Mediero. Dirección: Ángel García Moreno. (1976)
Filomena Maturano, de Eduardo de Filipo. Versión española: Juan José Arteche. Dirección: Ángel Fernández Montesinos. (1979)
Cinematógrafo nacional, de Adolfo Marsillach. Dirección escénica: Adolfo Marsillach. (1984)
La venganza de don Mendo, de Pedro Muñoz Seca. Dirección: Gustavo Pérez Puig. (1986)
Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Enrique Jardiel Poncela. Dirección: Mara Recatero. (1987)
Es mi hombre, de Carlos Arniches. Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente. (1994)
Los habitantes de la casa deshabitada, de Enrique Jardiel Poncela. Dirección: Mara Recatero. (1998)
Los caciques, de Carlos Arniches. Dirección: Ángel Fernández Montesinos, sobre un montaje original de José Luis Alonso. (2001)
/ Almanaque |
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Renace el Teatro de la Comedia Tras una muy profunda rehabilitación, La Comedia abre sus puertas como un teatro moderno con un alma de ciento cuarenta años. Para empezar, un exitoso Alcalde de Zalamea. |
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/ Premios |
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/ En el recuerdo |
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Andrea D'Odorico. El Arte como misión La rdE rinde homenaje a Andrea D'Odorico, una de las figuras más importantes de nuestro teatro en el último medio siglo. |
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Centenario de Arthur Miller La excepcional recepción del teatro de Miller en la España de los cincuenta lleva la firma de José Tamayo. |
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Otras Efemérides Celebramos los ciento cuarenta años de la Inauguración del Teatro de la Comedia de Madrid, así como de su renacer tras un voraz incendio, hace un siglo. Celebramos especialmente los cien años de vida del dramaturgo José Ricardo Morales. |
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Actores para siempre La desaparición de célebres intérpretes de nuestra escena nos invita a recordar a algunos de ellos a través de un ejercicio de memoria que es al mismo tiempo homenaje permanente. |
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Amilibia, “José Sazatornil ‘Saza’: En nuestro cine faltan buenas historias”, La Razón, 3 de marzo de 2005.
Un señor muy normal
Con frecuencia Saza declaraba su rechazo al exhibicionismo del actor.