El 17 de mayo el Paraninfo de la Universidad Complutense, de Madrid albergó la presencia de uno de nuestros grandes autores teatrales, Fernando Arrabal. Organizada por el Instituto del Teatro de Madrid, tuvo lugar una jornada de estudio y homenaje que, bajo el título “Arrabal en la Complutense”, inauguraron el rector de la UCM, Carlos Berzosa, y el director del ITEM, Javier Huerta Calvo.
En las distintas sesiones participaron numerosas personalidades del ámbito de la docencia (Javier Navarro), periodístico (José Luis Gutiérrez), empresarial (Antonio Garrigues), así como del mundo de la escena (Juan Carlos Pérez de la Fuente, María Jesús Valdés). En la última sesión, el escritor Javier Esteban mantuvo un extenso coloquio con Fernando Arrabal. Como cierre final del acto, y bajo la dirección de Hermes Damián, tuvo lugar una lectura dramatizada de Guernica, en la voz de los dramaturgos Ignacio Amestoy y Paloma Pedrero.
Durante la jornada, el Centro de Documentación Teatral contribuyó al homenaje con unas palabras, abajo extractadas, de su director, Julio Huélamo, que venían a subrayar el contenido de un breve reportaje audiovisual, realizado con fondos del propio Centro, donde se bosquejan algunos eslabones de la trayectoria artística de Arrabal en España. Aquí queda reproducido, siquiera parcialmente.
Adenda: Entre los días 1 y 3 del mes de diciembre de 2010, organizado por el Departament de Filologia Francesa i Italiana, se ha celebrado en la Universidad de Valencia un relevante homenaje y coloquio internacional (Arrabal íntimo, pánico) que incluyó a numerosos y destacados especialistas en la obra del autor. El director del Coloquio fue Domingo Pujantes y la última sesión contó con la intervención de Josep Lluis Sirera, Mercedes Quilis y el propio Arrabal que tituló su ponencia, precisamente, Fernando Arrabal. Para más información, www.uv.es/fernandoarrabal.
Más allá de lo burlesco, “patafísica”, como“pánico”, es concepto muy vinculado a la teoría dramática de FernandoArrabal (quien, no en vano, formó parte, con el título de Trascendente Sátrapa, del selecto Colegio de Patafísica de París). Así lo ratificó su intervención en la UCM: el viejo término acuñado por Jarry cobró valor en su asociación a las más actuales propuestas de la ciencia y la dramaturgia.
Como lema ya clásico de la historia literaria del siglo XX, recordamos aquí la definición canónica del término “patafísica” en palabras de Jarry y en la voz actual de Fernando Arrabal.
(Archivo audiovisual del CDT)
El carácter polémico de la figura de Arrabal ha permanecido intacto desde sus inicios como escritor. Como muestra, he aquí una de las entrevistas en prensa, cargada de afirmaciones controvertidas, que siguió a la concesión del Premio Nacional de Literatura Dramática con el que fue galardonado en 2003.
Página de "La razón" (29 de marzo de 2003) con entrevista a Arrabal.
"Ha escrito en cierta ocasión Francisco Nieva que Arrabal, tan decorado por sus escándalos estéticos, tiene “un alma de intelectual sólida como un arcón del siglo XIX”. Para después añadir que se trata de un espíritu dionisiaco, lo que, subraya, “no significa turbación sino agudeza”. Combinación esta, sin duda, claridad en el caos, la matemática o la ciencia en medio del desorden, que no ha sido muy frecuente por estos pagos hispánicos y que cuando se ha producido casi nunca ha recibido buena paga (sin referirme al teatro, y como demostración, se me ocurren en nuestro pasado siglo nombres por otra parte tan distantes como Eduardo Cirlot o Juan Benet), Son esos espíritus que, cargados de fe en el conocimiento o en el arte, están dispuestos a llevarlos hasta sus últimas consecuencias, aunque, a veces en su radicalidad, sea para alcanzar la certeza de que ya no hay lugar para la ciencia, el conocimiento y la belleza. Salvador Dalí, al que Arrabal ha admirado siempre, escribió en 1928 un ensayo poético que tituló “San Sebastián”, donde concentraba su idea de arte, un arte desinfectado de pasiones, en la imagen de un aparato que es capaz de medir él dolor y la agonía del santo. No puede haber mayor fe en la ciencia, en la claridad que vence al pathos. Por eso Dalí, como Fernando Arrabal, salvemos todas las distancias que queramos, era también, y el propio Arrabal lo ha recordado, no solo un espíritu vitalmente dionisiaco, sino un enamorado de la ciencia, de la psicología, de las matemáticas, de la física atómica… O sea un intelectual hondo y libre por más que el velo mediato de la provocación en que se envolvía lo ocultase. O sea también como en el caso de Arrabal. Españoles también ambos a los que el reconocimiento les llegó desde el extranjero antes y con más generosidad.
Me sirve todo esto para subrayar o para explicar en una pequeña parte el porqué de la rareza, o quizá la lógica absoluta, del modo en que los escenarios españoles han acogido desde 1952 hasta hoy el teatro de Arrabal. Debo decir que en los catálogos del fondo audiovisual del CDT y por lo que respecta a las puestas en escena de su teatro no prima precisamente la abundancia; apenas unos pocos vídeos y un centenar largo de fotografías resulta un escasísimo bagaje para quien es uno de nuestros autores dramáticos vivos más prolíficos y que ha sido mejor recibido en los escenarios de una muy buena parte del mundo. Y eso traduce desde luego, como pueden suponer, no una inquina del CDT, empeñado en borrar a Fernando de la memoria de nuestra escena, Sí más bien la consecuencia lógica de que su teatro apenas ha sido representado en los circuitos a los que con regularidad llegan nuestras cámaras y objetivos, o sea, los escenarios comerciales y sobre todo los de titularidad pública de ámbito español.
¿Llegamos, pues, a confirmar la excepción Arrabal, como si de un caso de su querida Patafísica se tratara? Lo dudo. Sobre todo porque, frente a lo dicho, y consultada nuestra base de datos de estrenos en España, nos encontramos, por ejemplo con que, desde 1984, queda registrado casi un centenar de puestas en escena sobre textos de Arrabal. Lo que supone un número más elevado que el de otros autores nacionales contemporáneos como Buero, Gala o Sastre. Lo escasamente comprensible reside en que, por un lado, y lo ofrezco a título de ejemplo contundente, una obra como "Pic-Nic", que muchos críticos extranjeros reconocen como una de las obras más representadas en Europa en la segunda mitad del siglo XX y aun hoy, cuenta, aparte de su estreno, con una veintena de montajes registrados (y pocas obras dramáticas en España pueden contabilizar esa cifra). El envés de los datos nos dice, sin embargo, que la mayoría de esos montajes pertenece al ámbito aficionado y desde luego, y esto sí que es conocido por todos, en modo alguno figura como obra generosamente acogida en los espacios públicos consagrados."
Julio Huélamo Kosma
Director del Centro de Documentación Teatral
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