Efemérides
Carlos Latorre estrenó 'Don Juan Tenorio'
Jose Zorrilla tenía 27 años y era conocido en el mundo liteario de Madrid desde los veinte, por haber recitado un poema muy celebrado en el entierro de Larra. Zorrilla había tenido ya éxitos importantes; el mayor hasta ese momento, en 1842, con su obra El zapatero y el Rey. Aunque admiraba al primer actor del Teatro del Príncipe (hoy, Teatro Español), el célebre Julián Romea, se había comprometido con Juan Lombía para estrenar en exclusiva sus obras en el Teatro de la Cruz. A este coliseo llegó en abril de 1844 el actor Carlos Latorre – más adecuado, al entender de Zorrilla, para los papeles heróicos de las obras históricas que él escribía – y le pidió al poeta una obra nueva con la única condición de que estuviera terminada en menos de un mes. Zorrilla escribió la obra en tres semanas y el 28 de marzo de 1844, el actor Carlos Latorre estrenó Don Juan Tenorio en el Teatro de la Cruz. Sin mucho éxito, circunstancia que las crónicas achacan a la inadecuada elección de la actriz que jugó el papel de Doña Inés, Bárbara Lamadrid: una buena actriz, pero demasiado mayor, treinta y dos años, y no demasiado agraciada para hacer el papel, al menos para el gusto de los espectadores, que tampoco apreciaron en mucho el concurso de otros miembros del reparto: Lumbreras, Pedro López, Alberá, Calatañazor… La revista El Laberinto no solo considera muy floja la obra, sino que pone reparos a casi todo: “la maquinaria, decoración y disposición de la escena es de lo más infeliz que buenamente puede imaginarse. La gloria que aparece al morir Don Juan, y en la que se ve su alma y la de Doña Inés en forma de dos llamitas de candil, haría soltar la carcajada al público del teatro francés de Argel”. Una crítica benévola, si se lee lo que años después escribiría el propio Zorrilla: “Mi Don Juan es el más grande disparate que se ha escrito, porque siendo yo al imaginarlo un chico tan atrevido como ignorante, ni pensé el plan ni supe lo que hice. No tiene carácter, ni lógica, ni consecuencia ni sentido común”.