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Efemérides

Dos siglos de Labiche

Paris, 6.5.1815
Dos siglos de Labiche
 
“Vodevil, género vil que los franceses cultivan cuyas intrigas derivan de una misma situación, dos damas para un varón o dos varones por dama…” Con la excusa de esta brillante definición aprovechamos para recordar al recientemente desaparecido Moncho Alpuente, cuyos recuerdos acerca de las relaciones entre su grupo Las Madres del Cordero y compañías señeras del teatro Independiente, como Tábano y Goliardos, pudimos grabar hace dos años.
Recordamos aquella definición de Alpuente al cumplirse dos siglos del nacimiento de Eugene Labiche, el indiscutible rey del vodevil francés, el autor que marcó la fórmula de las comedias de enredo que han sido materia para el entretenimiento en teatro, cine y televisión a lo largo del último siglo y medio. Si queremos ser más académicos, podemos acudir a la RAE: “Comedia frívola, ligera y picante, de argumento basado en la intriga y el equívoco, que puede incluir números musicales y de variedades”. Y en la referencia de origen: del francés vaudeville.
Algo de genio tendrían aquellas comedias de Labiche si Bergson se dedicó a estudiarlas. Eugene Labiche (París, 6 de mayo de 1815, 23 de enero de 1888) escribió más de ciento setenta piezas – no era una cifra demasiado alta para la época -, sumando comedias y operetas, entre 1837 y 1877, es decir, desde sus veintidós hasta sus sesenta y dos años. Tras su retirada le llegaron honores poco habituales para un autor de géneros considerados inferiores – un curioso prejuicio que persigue a la comedia desde su invención -, como la entrada en la Academia Francesa.
Su comedia más famosa fue Un sombrero de paja de Italia – escrita con su amigo Marc-Antoine Michel -, estrenada en 1851, de la que se hicieron en la época – lo que no era nada habitual – más de trescientas representaciones, y que fue objeto de una brillante versión cinematográfica – René Clair – en las primeras décadas del siglo XX. En los años treinta pasó a formar parte del repertorio de la Comédie Française. Además, en 1946, Giorgio Strehler la estrenó en forma de opereta con música de Nino Rota (esa versión con música de Rota se vio en el Teatro Albéniz de Madrid en 1978).
También sería esta obra, durante décadas, la más conocida en nuestro país, debido a las dos producciones que se estrenaron a poco de cumplirse un siglo de su creación. La primera – a la que pertenece la fotografía (perteneciente al Legado Modesto Higueras) que ilustra esta nota -, estrenada en diciembre de 1953 en el Teatro Español de Madrid, fue una versión firmada por Luis Fernando de Igoa, con música de Jesús Guridi y puesta en escena de Modesto Higueras, que contó para el reparto con  Adela Carboné, Ángel de la Fuente, Manuel Arbó, Manuel Káyser, Miguel Ángel, María Carmen Díaz de Mendoza, Pablo Álvarez Rubio, Rosa Yarza y Valeriano Andrés. Para entonces ya tenía preparada una versión bien diferente el impredecible Tono, que esperó a 1956 para estrenarla, también con éxito. La versión de Igoa tuvo otras dos importantes vías de  difusión en nuestro país: su publicación en los célebres libritos de Escelicer, lo que produciría numerosas representaciones de aficionados; y el hecho de que hasta tres veces fue transmitida en diferentes producciones de televisión – el célebre Estudio 1 – en 1967, 1972 y 1983.
Es curiosa la poca presencia de Labiche en nuestras carteleras durante el último siglo - En 1967, Paco Martínez Soria recupera El viaje del señor Perichón; y en 1995 el grupo donostiarra Orain estrenó su versión de Abracémonos, Folleville - , con la notable excepción del teatro en catalán.
El teatro en catalán – Cataluña, Valencia y Baleares – sí ha seguido explotando la riquísima veta de las comedias de Labiche. Hasta siete comedias de Labiche han sido recuperadas en estos últimos treinta años en quince producciones: La meva Ismenia en 1984, 1988, 1992 (junto con Quin jove mes embalat), 1993 (en Baleares), 1995 y 2013; El més feliç dels tres en 1989, 1991, 1992 (más otra producción en Baleares), 1993 y 1999; Jo en 1998; Cal dir l’ho tuvo una gran producción en el Teatre Poliorama, con dirección de Flotats, en 1994; L’afer del carrer de Lourcine en 1994; y Les mans negres y L’afer del carrer Lourcine en Valencia en 1996.
Con todo, en las bibliotecas duermen docenas de comedias divertidas, chispeantes, de este rey del vodevil que nos sonríe estos días desde sus doscientos años.