On this week in History
Esta noche, gran velada
En 1972, atraído por sus amigos Gloria Muñoz y Santiago Ramos, un joven de veintiséis años llamado Fermín Cabal se enroló en un proyecto que no hace mucho fue comentado en esta sección: “La boda de los pequeños burgueses” de Goliardos. Su trabajo como ayudante de dirección de Ángel Facio en aquel montaje fue el punto de partida de una relación interminable con el teatro.
Tras “La boda”, se integra con sus amigos Gloria y Santiago en Tábano, que entonces dirigía Juan Margallo, donde permanecerá hasta 1977. A partir de ese momento comienza a firmar los textos que escribe – había sido el responsable de la dramaturgia de la mayor parte de las propuestas de Tábano en aquellos años – y compagina trabajos en el teatro, en el cine y, poco más tarde, en la televisión y la docencia. Estrena sus obras ¿Tú estás loco, Briones? en 1978 y ¿Fuiste a ver a la abuela? En 1979.
Y llega la temporada 1981/82, que supone la presentación desde el Centro Dramático Nacional – que dirigía entonces José Luis Alonso - de dos jóvenes autores llegados del Teatro Independiente; en programación paralela se presentan El álbum familiar, de José Luis Alonso de Santos, y Vade retro, de Fermín Cabal.
Esa valoración desde el teatro público supone un espaldarazo, que se ve confirmado con la buena acogida, tres años después, de Esta noche, gran velada: Kid Peña contra Alarcón por el título europeo. La historia de un boxeador que se enfrenta a la posibilidad de dejarse ganar. El texto, producido y dirigido por Manuel Collado, contaba para el papel del boxeador con un viejo amigo de Cabal: Santiago Ramos, que comenzaba en esos años una carrera llena de éxitos en el cine, la televisión y, por supuesto, el teatro. Le daba la réplica uno de los actores más populares de nuestro país, Jesús Puente. La obra contaba también con la participación de Miguel de Grandy, Jesús Bonilla, Licia Calderón, Enrique Hernández, José Goyanes, Tomás Sáez y José Zamora. Fue el 25 de septiembre de 1983 en el teatro Martín de Madrid.
La obra confirmaba la calidad de un Fermín Cabal que continuó compaginando el teatro con el cine y la televisión, convirtiéndose con el tiempo en un maestro para dramaturgos y guionistas desde sus clases y, por supuesto, desde sus obras.
