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Efemèrides

La ópera 'Don Gil de las Calzas Verdes'

Teatro Tivoli de Barcelona, 9.7.1914
La ópera 'Don Gil de las Calzas Verdes'
Tomás Bretón conseguía un nuevo éxito con su 'Don Gil de las Calzas Verdes'
Hoy pueblan el verano de España varios excelentes festivales internacionales de teatro clásico y dos generaciones de ciudadanos han crecido pudiendo ver las representaciones de una Compañía Nacional dedicada de forma específica a ese período de nuestro teatro. Las obras de Lope, Tirso, Calderón o Moreto pueden encontrarse en las carteleras de muchos teatros a lo largo de la temporada. Ya sabemos que no fue siempre así. Por eso vale la pena destacar los cien años del estreno de una ópera basada en uno de los más célebres textos clásicos, Don Gil de las Calzas Verdes. Muy poco representada – en las bases de datos del Centro de Documentación Teatral, que registran más de cuarenta mil estrenos de los últimos setenta y cinco años, no encontramos ni una sola representación – , esta ópera es considerada por la crítica como uno de los más brillantes acercamientos líricos sobre modelos del teatro del Siglo de Oro.
El 9 de julio de 1914 se anunciaba el comienzo de los ensayos, en el teatro Tívoli de Barcelona, de la nueva ópera de Tomás Bretón, Don Gil de las Calzas Verdes, con un libreto de Tomás Luceño adaptando la comedia de Tirso de Molina. El estreno tendría lugar el día 30. Se auguraba un gran éxito; lo fue, pero no tan rotundo como se esperaba, según la crónica que encontramos en La Vanguardia: “había verdadera expectación y verdadero entusiasmo; prueba de ello fueron los aplausos calurosísimos con que se saludó al insigne autor de La Verbena, al presentarse para dirigir la orquesta”. El público abarrotaba el teatro y quería un gran éxito, como mostraron los aplausos que acompañaron el final de todos los actos como los que “estallaron” al final de la función.
Lo que la crítica pone en duda es lo acertado en la elección del libreto – comenta que Tirso de Molina “no es para ser puesto en solfa” – que ni siquiera la gran capacidad de Luceño como adaptador pudo salvar; este había escrito además un prólogo de introducción que fue leído por el actor Enrique Borrás. Los cuatro decorados había sido pintados por Mauricio Vilumara y entre los interpretes destacó Josefina de Klaskar – nombre artístico de la soprano (¡y compositora!) nacida en Mataró Pepita Crusellas – acompañada por Betoré y Pazgrazy y los cantantes Jordá, Fernández Uetam, Molina, Escuté y Giral. No toda la crítica está de acuerdo con lo no adecuado del texto de referencia – es el caso de la revista La Lira – y hoy la crítica valora esta ópera como un referente a la hora de la edificación de una ópera española basada en sus grandes textos literarios.
 
Una función por descubrir, aprovechando la excusa de su centenario.