Menú principal

You are here: Home / Efemérides de teatro / Lorca y La leyenda del tiempo

On this week in History

Lorca y La leyenda del tiempo

Teatro Eslava de Madrid, 19.9.1978
Lorca y La leyenda del tiempo
Con dirección de Miguel Narros, se estrenó 'Así que pasen cinco años' en el Eslava de Madrid.

El Club teatral Anfistora tenía el proyecto de estrenar Así que pasen cinco años o La leyenda del tiempo en mayo o junio de 1936, bajo la dirección de su autor. Problemas de tiempo obligaron a posponer aquel estreno para después del verano. La guerra y la muerte de Lorca hicieron que aquel estreno no tuviera lugar.

 

Así que pasen cinco años pertenece al grupo de obras proyectadas (y en parte escritas) por Lorca en su estancia en Nueva York y La Habana, junto con Poeta en Nueva York y El Público. El poeta mantuvo siempre la voluntad de estrenar estas obras, pese a la mala acogida que tenían entre sus amigos y los profesionales de la escena, en especial ante las lecturas de El Público. “El teatro se debe imponer al público y no el público al teatro”, decía Federico cuando se le argumentaba que no habría espectadores para aquellos trabajos tan diferentes y, en parte, escandalosos. Habló de sus obras irrepresentables durante años. El 4 de octubre de 1931 había leído La leyenda del tiempo en casa del diplomático chileno Carlos Morla. Los invitados a aquella velada salieron desconcertados. Tampoco lo vio claro Margarita Xirgu, a quien Lorca se la leyó en su automóvil, en una de sus escapadas al monte de El Pardo para respirar aire puro. Finalmente convenció a Pura Ucelay para estrenar La leyenda del tiempo en el Club Anfistora.

 

Llegó la guerra. Y la muerte. Ese teatro diferente quedó apenas visible. El Público, incompleta, no se editó hasta 1976. Otras piezas se perdieron del todo, como La destrucción de Sodoma, leída a amigos, contada en conversaciones. Era la parte oculta de un Lorca cuyas obras menos arriesgadas comenzaron a regresar a los escenarios a partir de los años sesenta: Luis Escobar estrena Yerma en 1960. José Tamayo hace Bodas de sangre en 1962. Juan Antonio Bardem estrena Bernarda Alba en 1964. Alfredo Mañas monta La zapatera prodigiosa en 1965 y Mariana Pineda en 1967. Alguna de estas obras tuvo en los setenta nuevas miradas: nadie olvida la Yerma de Nuria Espert y Víctor García.

 

Con la llegada de la democracia, se verá en los escenarios ese Lorca diferente: Narros estrena Así que pasen cinco años en 1978. Lavelli estrena Doña Rosita la soltera  en 1980. Pasqual dirige El Público en 1987 y Comedia sin título en 1989…

“Yo no he nacido todavía”.

 

El crítico de Arriba, Julio Trenas, utilizaba la frase de Lorca para significar que aquella obra soñada en Nueva York y La Habana había nacido en las tablas aquel 19 de septiembre de 1978, medio siglo después. Fue en el Teatro Eslava, el lugar del primer estreno de Lorca, El maleficio de la mariposa; el lugar de su primer estreno profesional tras la guerra, en 1960, de la mano de su amigo Luis Escobar.

 

El estreno de Así que pasen cinco años se debió al esfuerzo de Teatro Estable Castellano, la compañía surgida del TEI, uno de los puntales del teatro independiente. Dirigió la obra Miguel Narros, con la colaboración del equipo de dirección de la compañía: William Layton, Arnold Taraborrelli y José Carlos Plaza. Contaron para la escenografía y vestuario con uno de los más importantes artistas plásticos de nuestro país: José Hernández. El director técnico era un joven arquitecto veneciano afincado en España desde hacía poco, Andrea D'Odorico. El espectáculo contó además con música original de Mariano Díaz. La producción estaba a cargo de María Navarro.

 

En su crítica, Trenas entendía que con el estreno de Así que pasen cinco años “cuaja en el escenario “con la más lograda plenitud, la ceremonia escénica, dentro del teatro y aún más allá del teatro, que imaginara Federico.” El crítico elogiaba el talento mostrado por Narros en la puesta en escena y destacaba que “la gran sorpresa brindada por el teatro Estable Castellano al público, al ofrecerle esta obra de García Lorca, es la de su tremenda actualidad y frescura.” “El espectáculo ofrecido en Eslava es algo que dignifica el teatro. Quede constancia de ello.”, concluía Trenas.

 

Lorenzo López Sancho, en su crítica de ABC, recordaba que Gerard Philippe y María Casares la habían interpretado para la radio en Francia, pero coincide con Trenas en señalar los cuarenta y siete años que había esperado la obra para subir a las tablas. Tras un extenso análisis, concluía saludando así este primer trabajo de Teatro Estable Castellano: “Este primer espectáculo se levanta sobre la mezquina altura en que contemplamos, recién iniciada la libertad, a nuestro teatro”.

 

Narros contó con un elenco que combinaba a veteranos de nuestra escena con jóvenes actores formados en el TEI. Hoy leemos los nombres de este elenco conociendo sus grandes trayectorias a lo largo de cuatro décadas: Guillermo Marín, Manuel Ángel Ega, Esperanza Roy, Helio Pedregal, Isabel García Lorca, Soledad Mallol, Pedro Miguel Martínez, María Luisa San José, José María Muñoz, Amaya Curieses, Julián Argudo, Begoña Valle, Carlos Hipólito, Virginia Mataix, Claudia Gravi, Jesús Manso y José Pedro Carrión.