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Efemèrides

Max Frisch y Los incendiarios

Teatro María Guerrero de Madrid, 8.2.1965
Max Frisch y Los incendiarios
En su crítica de Arriba, Francisco García Pavón explicaba que Dido Pequeño Teatro llevaba en ese momento cincuenta y dos obras estrenadas. Estamos hablando de una compañía de cámara y ensayo que había traído a España textos deIonesco, Beckett, Pinter, Adamov, Genet, Vian, Osborne, como señalábamos en una nota del pasado verano. Con un alcance muy limitado, por supuesto: cámara y ensayo significaba en estos años, por lo general, función única. De modo que una minoría – el aforo total del Teatro María Guerrero, por ejemplo, es de unas setecientas butacas – podía conocer el nuevo teatro que se hacía en Europa, gracias a una compañía vocacional en la que algunos de sus miembros fueron profesionales del teatro con amplia trayectoria. A los grandes nombres que hemos mencionado se unía en 1965 el de una de las más importantes figuras europeas de aquellos años, el suizo Max Frisch.
 
Ese primer estreno de una obra de Max Frisch en España fue la obra El señor Biederman y los incendiarios, que se tituló en aquella ocasión Los incendiarios, según la versión que hiciera Josefina Sánchez Pedreño de la traducción de Manuela González Haba. La dirección corrió a cargo de Luis Balaguer, quien contó con una escenografía de Matías Montero y un reparto integrado por  María Abelenda, Rosa Morante, Lina Hevia, Enrique Navarro, Víctor Losada, Sergio Mendizábal, Guillermo Hidalgo, A. Amézaga, Simón Cabido, Jesús Roncero, Santiago Otero, José Luis Tutor, J. Ignacio González, Angel Carrera y Francisco Figuerola. Aquel estreno en España, el 8 de febrero de 1965 en el Teatro María Guerrero de Madrid, no tuvo, hay que decirlo, mucha fortuna. La crítica no apreció demasiado la obra y juzgó con dureza la puesta en escena. Meses después, podemos leer en Primer Acto la opinión de Joaquín Puig: “...todo el empeño de Frisch para que su teatro sea una proposición ante la que el espectador busque una respuesta, fue aniquilado por la puesta en escena; oímos el teatro de Frisch, pero aquello no era el teatro de Frisch.” El desencuentro entre el texto y su puesta de escena no evitó que se valorasen los trabajos de los actores, especialmente el de Enrique Navarro Ramos – actor que compatibilizaba esta profesión con la de  profesor de Literatura - en el papel de Gottlieb Biedermenn (Amadeo Buenhombre): “un actor de primera categoría” afirma García Pavón en su crítica.
 

Mencionamos la Revista Primer Acto porque precisamente aprovechó este breve encuentro de Frisch con el público español para ponerlo en valor en su número 62, con un artículo de José María de Quinto sobre el autor suizo y la publicación de la obra. Este ejemplar de Primer Acto, como toda la colección, puede ser consultado en nuestra Biblioteca.