Efemèrides
Se estrena 'El baile' de Edgard Neville
“Toda la representación de la comedia estuvo presidida por un difícil y delicioso equilibrio” decía el crítico de ABC. Un difícil y delicioso equilibrio. Podría ser una buena definición para la producción teatral de Edgard Neville, un dramaturgo que encontró un tono para sus comedias en el mejor teatro de Coward, por ejemplo, dejando claro que sus años en Hollywood fueron una intensa escuela de escritura. Sobre Edgard Neville recomendamos la lectura del libro LA LUZ EN LA MIRADA: Edgar Neville, 1899-1967, que coordinó como editor literario José María Torrijos, publicado por el Centro de Documentación Teatral en 1999, con motivo del centenario del nacimiento del autor.
En esas páginas se podrá descubrir al joven Neville amigo de los Baroja, de López Rubio, de Prados, Altolaguirre, Lorca, Ortega, Gómez de la Serna, Buñuel, Dalí; al cineasta amigo de Chaplin, de Douglas Fairbanks, de Joan Crawford; al joven aristócrata que trabaja de vez en cuando como diplomático y estrena su primera obra comercial en Madrid mientras vive en Nueva York un amor con una joven de veinte años llamada Conchita Montes, lo que supone la separación definitiva de su esposa, en 1936; el combatiente en el bando franquista; el cofundador, en 1941, de la revista La Codorniz; al cineasta y director de escena que triunfa en diversos proyectos durante los años cuarenta y que, en 1952, el mismo año en que acompaña a su amiga Dolores del Río por Madrid, estrena la que será su obra de teatro más importante: El baile. Fue el 26 de septiembre de 1952, en el Teatro de la Comedia de Madrid. Neville dirigió para este estreno a los actores Conchita Montes, Pedro Porcel, Rafael Alonso.
El pasado abril, cuando hablábamos de la efeméride del estreno de Mi querido embustero, con Fernando Fernan Gómez, escribíamos ya sobre Conchita Montes (Madrid, 1914 – 1994), sobre su importancia en el teatro de los cincuenta, sesenta y setenta en España, sobre su inteligencia y su alto nivel intelectual; comentábamos entonces que su dominio del inglés le permitió interpretar en Londres, con actores ingleses, la obra cuyo estreno recordamos ahora. De su trabajo en esa noche de septiembre de 1952 deja este reflejo el crítico Enrique Llovet: “Para Conchita Montes, fue la de anoche una hora triunfal. Es difícil encontrar hoy una actriz más delicada, segura, refinada y medida (...) Porcel y Alonso fueron sus grandes compañeros. En una obra de tres personajes no puede haber baches. No los hubo.” En la fotografía (Gyenes / Archivo CDT), los tres intérpretes de aquel triunfal estreno.
