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Extracto de la noticia publicada en elconfidencial.com , el 7.7.2017.
Almagro se rinde ante Sacristán

Imagen: Daniel Alonso (Archivo CDT)

Almagro se rinde ante Sacristán

El actor recibió emocionado el XVII Premio Corral de Comedias por casi 60 años de juego y convertirse en "parte de nuestro patrimonio cultural"

“Si Sacristán cabalgase, yo sería su escudero para lo que mandase”. No podía ser en otro lugar que en el corazón de La Mancha teatral en el que el Quijote de Chinchón recibiera un homenaje a toda su carrera. O, mejor dicho, al juego al que permanece fiel desde que aquel crío de cuatro años se encontrara no una bacía sino un sombrero cordobés en la cámara de su casa donde se guardaban los melones, los racimos de uvas y los ajos. Era de Nicolás Turiégano, mozo de mulas y cochero, pero sobre todo era, fue y es, como quiso recordar emocionado anoche al recoger el XVII Premio Corral de Comedias con el que arrancó la 40 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, el motor con el que sin darse cuenta quiso ser actor y comprendió, también sin saberlo, la esencia de una profesión basada en el juego, a la que sigue rendido. [...]

José Sacristán, que en septiembre cumplirá 80 años y casi 60 años de carrera, recibió el calor de la profesión en un conmovedor acto que estuvo pasado por agua. Quisieron las nubes sumarse a su homenaje en tierra de secano y trasladar la gala del Corral de Comedias a un abarrotado Teatro Municipal, al igual que pasó el año pasado con Concha Velasco. "Si yo pudiera sacar mi corazón y ponerlo ante vuestros ojos, librara a mi lengua el trabajo de decir lo que apenas se puede pensar", arrancó su discurso con la voz quebrada y parafraseando a uno de los personajes más suyo y reconocibles por el público: Don Quijote de La Mancha. De hecho, fue con el último con el que se subió a las tablas del festival de la ciudad encajera hace ahora cinco veranos.
La primera vez que se subió a un escenario lo hizo en medio de la bulla. Era uno de los integrantes de la ronda de golillas de 'La dama del Armiño', de Luis Fernández Ardavín. No llegarían sus primeras palabras en un teatro hasta años después con 'Pigmalión' y en un escenario tan mítico como el Corral de Comedias manchego con 'Casa con dos puertas mala es de guardar', de la mano de Eduardo García Toledo. Desde entonces, Sacristán se ha convertido en una "leyenda viva" y un "maestro", como recordaron compañeros de profesión como Velasco, Julia Gutiérrez Caba, Eduardo Mendoza, José Luis Garci o Aitana Sánchez Gijón en vídeos o Juan Carlos Rubio, su director en 'Muñeca de Porcelana', desde el escenario. Es "una parte de nuestro patrimonio cultural", destacó el dramaturgo José Ramón Fernández, que firmó su último papel encarnando al hidalgo. (Prado Campos)