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Extracto de la noticia publicada en Centro de Documentación Teatral , el 1.8.2017.
Shepard y España

Shepard y España

Nos llega la noticia del fallecimiento del dramaturgo y actor norteamericano Sam Shepard

Nos llega la noticia del fallecimiento, el pasado día 27, del dramaturgo y actor norteamericano Sam Shepard, a causa de ELA. Parece inevitable que las notas necrológicas se centren sobre todo en su labor como guionista de películas como Paris/Texas o sus trabajos como actor en el cine, donde alcanzó un premio Oscar por Elegidos para la gloria. Se da menos espacio a una labor en el teatro que destacó en todo el mundo a partir del Premio Pulitzer por Buried Child, estrenada en 1978. Shepard ya llevaba por entonces una veintena de obras estrenadas. En los años ochenta se iba a convertir en el referente del drama norteamericano, se hablaría de él como el nuevo Tennesse Williams y sus obras se representarían en todo el mundo. Si se mencionan diez dramaturgos en la Historia de la Literatura de Estados Unidos, Shepard estará siempre en ese grupo, junto con O’Neill, Williams, Miller o Mamet. También en nuestro país, la importancia – y la influencia – de Shepard como dramaturgo ha sido muy grande. La presencia de Sam Shepard en las carteleras españolas ha sido una constante a lo largo de treinta años. Desde su primer estreno, El verdadero oeste, dirigida por Ángel García Moreno en el Teatro Infanta Isabel en abril de 1984, hasta una nueva versión de esta obra, esta vez dirigida por José Carlos Plaza, en el Off del Teatro Lara, en noviembre de 2013, contamos en las bases de datos del Centro de Documentación Teatral veinticinco estrenos de sus obras. Bien es verdad que la lista de títulos es limitada: solo siete títulos de un autor cuyo repertorio abarca las cuarenta y tres obras. Han sido varias las traducciones del título True west, estrenada en Estados Unidos en 1980, que ha sido objeto en nuestro país de seis producciones diferentes. La primera, que ya hemos mencionado, dio pie a Javier Villán para saludar la llegada de Sam Shepard a nuestros escenarios desde las páginas de la revista El Público. Pero está claro que si Shepard ha sido un referente en nuestro teatro se debe a su obra Fool for love, estrenada en 1983, de la que se han llegado a ver en nuestro país hasta catorce puestas en escena en treinta años. Sobre la primera, estrenada en el teatro Martín de Madrid en noviembre de 1984, producida y protagonizada por Laura García Lorca, con Carlos Lucena, Eusebio Poncela y Santiago Ramos y dirigida por John Strasberg, escribió en nuestra revista El Público Juan Carlos Arce un artículo en el que ya mencionaba el hecho de que Shepard llevaba estrenadas veinticinco obras. Queda por conocerse la mayor parte de su obra en nuestro país, tanto en los escenarios como en las librerías, donde apenas se pueden encontrar cuatro títulos. El niño enterrado, la tragedia brutal que le valió el Pulitzer hace casi cuarenta años y con la que Ed Harris triunfaba en Londres hace apenas unos meses, no ha sido ni estrenada ni publicada en nuestro país.

Sam Shepard cruza la laguna en buena compañía: ayer falleció Jeanne Moreau, una de las más grandes actrices del cine francés que, como no podía ser de otro modo, fue una excelente actriz de teatro. En el teatro debutó en 1947, como la componente más joven en la historia de la Comedie Française, en el Festival de Aviñón. Muchos años después, en 1989, en ese mismo escenario, el patio del Palacio de los Papas de Aviñón, Jeanne sería una inolvidable Celestina, en un montaje que la llevaría a actuar en Barcelona, como nos contaba en El Público Moisés Pérez Coterillo. No era su primera vez en nuestro país: en 1988 había visitado Madrid, Zaragoza y Barcelona con el monólogo Le recit de la servante Zerline, como nos contaba Antonio Fernández Lera.

Dos figuras que han llenado nuestra mirada en el cine y sobre cuya huella en el teatro todavía nos quedan cosas que conocer.