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El joven elenco de 'Agua, azucarillos y aguardiente' (Foto: Teatro de la Zarzuela)
Una zarzuela del siglo XIX por y para jóvenes de hoy
‘Agua, azucarillos y aguardiente’ llega al Teatro de la Zarzuela
El verano de 1897 se estrenaba en el Teatro Apolo Agua, azucarillos y aguardiente, cumbre del género chico que el Teatro de la Zarzuela recupera hoy –del 2 al 7 de marzo– en su Proyecto Zarza: zarzuela hecha por y para jóvenes. Después de cuatro ediciones, Amelia Ochandiano se enfrenta al desafío de acercar el patrimonio lírico español a los chavales del siglo XXI. Y para su sorpresa, no están tan lejos aquellos madrileños de los de hoy. Los estudiantes de ESO y Bachillerato ya han agotado las localidades de las funciones escolares y 14 institutos están en espera. «Nuestros protagonistas son, en esencia, jóvenes con problemas de precariedad laboral o con amenazas de desahucio, con falta de objetivos vitales o frustración en la vocación y las expectativas, con deseo y ambición de poder, con los problemas derivados del qué dirán, con el sufrimiento que provoca poder perder una verdadera amistad o con el deseo de conseguir lo que nos proponemos al precio que sea y sin pensar en el otro», asegura la directora.
La obra cuenta, en palabras de Ochandiano, la historia de «Pepa y Manuela, dos chicas que están enfadadas porque se han intercambiado los novios. Y luego están Asia y su madre, que se han venido del pueblo porque Asia quiere ser artista. Pepa está sin dinero y va a perder el trabajo. A Manuela la van a echar de su casa. Hemos recuperado todo lo que pudiera ser contemporáneo».
Así pues, la nueva versión de Agua, azucarillos y aguardiente mantiene todos los números musicales, pero Nando López, responsable de la adaptación del libreto de Miguel Ramos, cambia los textos no cantados y convierte al compositor, Federico Chueca, en un personaje más. Interpretan el espectáculo 17 cantantes y actores de entre 18 y 30 años, elegidos a través de un proceso de audiciones al que se presentaron 240 personas.
Muchos de ellos son repetidores de los anteriores proyectos Zarza: La revoltosa, que dirigió José Luis Arellano; El dúo de la africana, comandado por Susana Gómez; y La verbena de la paloma, de Pablo Messiez.
En el escenario, una joven orquesta de cámara «nos acerca a los aires populares de la época», según contó Óliver Díaz, director musical del montaje y del quinteto de cuerda, flauta, percusión, acordeón y piano.
(…) «Esta zarzuela sigue manteniendo el enredo, la pasión, la amistad, el amor y esos sentimientos existen también hoy», afirmó el director del Teatro de la Zarzuela, Daniel Bianco, invitando al público de todas las edades. «El Proyecto Zarza es mi niño, lo plasmé en papel en el concurso para ganar este cargo del que tomé posesión en noviembre de 2015, «y a la vista están los resultados: ya han pasado por aquí 20.000 jóvenes y tenemos un 25% de la programación dedicada a ellos», destacó.
(Fátima Elidrissi. Madrid)
