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Tatiana Reina Rodríguez
1º Bachillerato. IES Antonio Machado (Alcalá de Henares)
René tiene 17 años. Es hija única de Miguel y perdió a su madre cuando contaba con la edad de 7 años, a causa de un accidente de tráfico.
Su madre, María, era una famosa cantante. Desde entonces su padre tiene pánico a perder también a su hija, hasta el punto de no dejarla salir ni siquiera a estudiar (por eso le ha puesto incluso unos profesores que van a impartirle las clases en su casa.)
1
Miguel está en la cocina tomándose un café. Aparece René.
RENÉ.– Hola, papá. Buenos días.
MIGUEL.– Buenos días, hija.
RENÉ.– Papá, me gustaría preguntarte algo.
MIGUEL.– ¿Qué pasa hija?
Sigue tomándose su café y se pone a leer el periódico.
RENÉ.– Me gustaría estudiar piano, ¿puedo?
MIGUEL.– ¡ No!
RENÉ.– Pero, ¿por qué? ¿No lo entiendo?
MIGUEL.– ¡ No darás esas clases , porque yo lo digo y punto!
RENÉ.– ¡Papá, no me puedes tener encerrada en la torre bajo siete llaves!
MIGUEL.– Sí, y cosiendo… ¡Pero qué novelera eres!
RENÉ.– ¿Sabes papá? ¡Tengo derecho a cumplir mis sueños!
Entra por la puerta Ángela, la novia de Miguel.
ÁNGELA.– ¡Pero qué gritos son esos! ¿Qué ocurre, Miguel?
MIGUEL.– ¡Mi hija, últimamente está un poco rebelde!
ÁNGELA.– René, ¡vete a tu habitación!
RENÉ.– ¡No quiero!
MIGUEL.– ¡Obedece!¡ Vete a tu habitación!
René se va a su habitación llorando, mientras Ángela y Miguel quedan en la cocina.
ÁNGELA.– Miguel, ¡déjala dar las clases que desea, si te parece bien, pueden venir a casa, aunque sea una hora a la semana.
MIGUEL.– ¡No, tú no te metas en esto!
ÁNGELA.– Anda cariño, déjala , hazlo por mí.
Pausa.
MIGUEL.– Vale, pero dará las clases aquí. ¡Y la vigilarás tú!
2
Por la noche. René baja al salón y se acerca al piano que tiempo atrás había utilizado con tanto amor su madre. Como si toda la vida hubiera tocado, empieza a cantar bajo la nana que su madre le dedicaba en su infancia.
De repente, se oye una voz.
RENÉ.– ¿Quién es? (Pausa.) ¡Mamá! ¿Eres tú?
MARÍA.– Sí, soy yo, hija
RENÉ.– ¿Dónde estás?... ¿ Qué quieres?
MARÍA.– Hija, no renuncies nunca a sus sueños. Aunque tu padre esté ciego y no vea tu talento, sigue luchando por lo que deseas. Te quiero mucho. Ahora me tengo que ir...
RENÉ.– No, mamá quédate, ¡te necesito!
MARÍA.– Lo siento, no puedo estar mucho tiempo aquí, solo he venido a darte mi apoyo. Pero siempre estaré contigo, en tu corazón. Yo velaré tus sueños y te cuidaré desde el cielo.
RENÉ.– (Con los ojos llenos de lágrimas.) Adiós, mamá.
Miguel está dormido en su habitación. De pronto, nota que algo le toca el hombro. Despierta y ve a su mujer.
MIGUEL.– ¡María!
MARÍA.– Solo he venido porque he visto cómo tratas a nuestra hija, cómo le prohíbes todo. Nuestra hija debe vivir su vida, debe alcanzar sus sueños. Mi muerte no debe ser la causa de la desgracia de nuestra hija. Si sigues en este plan, la vas a perder, Miguel. Pronto será todo una mujer y no podrás mantenerla aquí encerrada, ella debe vivir la vida, no vas a salvarla de ninguna desgracia porque esté aquí. ¡Debes dejarla volar!
MIGUEL.– ¡María!... No podría vivir si me falta también ella. ¿Lo entiendes, verdad?
MARÍA.– No, Miguel, tú debes entender que René no es un objeto más de tu propiedad, es tu hija.
Pausa.
MIGUEL.– Será como deseas, mi amor.
MARÍA.– Adiós, te quiero.
MIGUEL.– Yo también te quiero. Adiós.
Pausa.
MIGUEL.– (Para sí mismo.) Adiós, María. René se convertirá en una pianista y cantante de fama como tú. Así será, aunque me cueste no tenerla cerca... Lo conseguirás, René. Conseguirás lo que deseas.
FIN
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