Estos juegos nos permitirán que el niño vaya encontrando una forma de expresión cada vez más libre.
Ejercicio de palmada
En círculo nos mandamos una palmada y vamos variando el orden, después una palabra, un gesto, todo junto. Hay que sugerir ideas de una manera secreta e ir dándoles claves de actuación. Este es uno de los ejercicios que más posibilidades nos brinda al trabajarlo con grupos. Hay que conseguir transmitir en la palmada toda la intensidad posible.
Trabajo de coordinación con pelota
Nos lanzamos una pelota y con ella gritamos nuestro nombre: primero con delicadeza hasta llegar a lograr una mayor intensidad. Se trata de ir buscando la camaradería del otro en el juego.
Expresión corporal
Utilizaremos la expresión corporal para aprender a movernos, para ir buscando el personaje; es un ejercicio que ayuda mucho a integrarnos con los demás. Imitamos al compañero al ritmo de la música. Bailotean… sueltan el cuerpo y la imaginación. Al principio tienden a los recursos conocidos, pero poco a poco su caudal imaginativo se desborda e inundan el aula con sus propuestas.
Las variables en expresión dramática
Tenemos que desplazarnos dentro de espacios diferentes (grande, medio y pequeño) con ritmos distintos (rápido, normal y lento) y jugando con los niveles (alto, medio y bajo) con la finalidad de cambiar la energía. Desinhibición total.
Inventamos con picas
Vamos transformando el objeto en diferentes útiles, llenando así la escena de diversas acciones dotadas de sus correspondientes sentimientos, dejando que la imaginación haga que el objeto pierda su función real y se convierta en otra cosa.
Foto fija
Es conveniente que estemos en silencio durante el ejercicio. Nos movemos lentamente y vamos variando las consignas para los desplazamientos; cuando escuchemos la palabra “STOP”, debemos parar; la finalidad es que nos haga recapacitar, pensar sobre el personaje. En esa postura les hacemos preguntas: ¿Quién eres? ¿Dónde va tu personaje? ¿Qué piensa? ¿Qué siente? Esto poco a poco nos ayudará a que el personaje vaya entrando en nuestra forma de caminar, en una manera diferente de hablar y ello nos confiere un nuevo tono, un nuevo gesto. Vamos dejando de ser nosotros, perdiendo nuestra piel y adquiriendo poco a poco la identidad del personaje que hayamos elegido.
El espacio vacío
Se forman cuatro filas de alumnos, uno detrás del otro. El primero anda de una manera natural, el segundo lo imita, exagera un poquito, el tercero es más exagerado, así hasta el último, que es una caricatura del primero. Reflexionamos sobre los resultados. Podemos emplear un objeto, que al pasárselo a otro, sea como el testigo; pero que le haga cambiar por completo de estado de ánimo.
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Propuesta de Motivación del Aula Abierta del Canal de Teatro Infantil del Portal de Teatro del CDT
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