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NúM 6
1. MONOGRÁFICO
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1.5 · UNA MIRADA SOBRE LAS ESCENÓGRAFAS, FIGURINISTAS E ILUMINADORAS EN LA ESCENA ESPAÑOLA


Por Ángel Martínez Roger
 

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1. ¿DE DÓNDE VENIMOS?

La necesidad de solicitar y de escribir un artículo específico sobre mujeres escenógrafas, figurinistas, iluminadoras y artistas plásticas en la escena teatral en nuestro país ejemplifica la existencia de un problema que tiene que ver con la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, así como con la ausencia de políticas culturales efectivas en favor de la equidad.

Nuestra nación ha tenido un déficit en la formación reglada pública muy importante si la comparamos tan solo con las leyes de obligatoriedad de la formación en nuestra vecina República Francesa. Un retraso endémico que arrastramos aún hoy y cuyo máximo exponente es la imposibilidad, por las condiciones históricas del reparto de poder en nuestro país, de un acuerdo nacional para la Educación.

Obligado es hacer un rastreo necesario por los antecedentes de la formación de las mujeres en España. Para ello deberíamos hablar de algunos intentos positivos que desde iniciativas muy diversas abrieron el camino a la formación académica y gremial de las mujeres. De gran importancia fue la aprobación en 1857 de la Ley Moyano. Esta Ley incorporó buena parte del Proyecto de Ley de Instrucción Pública de 1855, elaborado durante el Bienio Progresista por el ministro de Fomento, Manuel Alonso Martínez. A partir de esa base jurídica, un ejemplo clave y determinante fue la Fundación Fernando de Castro1, cuya actividad comienza en 1860 con su Asociación para la Enseñanza de la Mujer. Le siguió la creación de la Institución Libre de Enseñanza en 1876 y su labor fue fundamental durante medio siglo2, hasta 1936. La ILE estaba a favor de la integración de la mujer en el cuerpo general de la sociedad, en igualdad de acceso a la formación cultural y en la realización profesional.

En ese tiempo destaca igualmente la labor de la pedagoga y humanista María de Maeztu, con su Residencia de Señoritas entre 1915 y 19363, iniciativas que lograron, sin lugar a dudas, introducir en España las ideas pedagógicas más avanzadas y que fraguaron después en buena parte del ideario educativo en los partidos progresistas en la II República en favor de la igualdad entre hombres y mujeres4.

Tras el final de la Guerra Civil es la Sección Femenina de Pilar Primo de Rivera la que orienta la formación de las mujeres bajo el ideario falangista; basta ver su texto La mujer ideal publicado en 1958 y que formaba parte del temario de “Economía doméstica para el Bachillerato y el Magisterio” para ver el giro total en la educación femenina. Su lectura hoy produce sencillamente escalofrío por la vejación a la que es sometida la mujer en relación a la omnipresente autoridad masculina. Sobre este asunto basta leer las aportaciones de la periodista Charo Nogueira, especialista en igualdad (Nogueira, 2018).

Habrá que esperar al final de la dictadura franquista (1939-1975) para ver las primeras publicaciones sobre feminismo. En 1975, Amalia Martín Gamero organizó y prologó una antología del feminismo recuperando, entre muchas, la figura de María de Zayas. Martín Gamero apuesta por mejorar las condiciones políticas, sociales, educativas y económicas de la mujer, así como todo cuanto tienda a reconocer en ella una personalidad independiente, aunque no antagónica del hombre (Martín Gamero, 1975). Desde entonces empezarán a verse con más frecuencia tanto las demandas de igualdad, como la multiplicación de los estudios de género.

Destaquemos algunos ejemplos: las colecciones que dedican a los estudios de género y a la creación literaria o ensayística de la mujer en las editoriales Crítica, Visor, Castalia o la Colección de Cátedra, Feminismos. La propia labor del Instituto de la Mujer. De manera específica, y ya en la profesión que nos ocupa, hay que reseñar las catalogaciones que la editorial ADE, de la Asociación de Directores de Escena de España, publicó sobre mujeres autoras y directoras. Tres volúmenes para Autoras en la Historia del teatro español (1500-1994) y dos volúmenes para Directoras en la Historia del teatro español (1550-2002). Todo este lento pero sostenido y contundente corpus y el trabajo constante de la actividad feministas en todos los ámbitos; desde el político (de Lidia Falcón a Francisca Sauquillo) al intelectual (de Rocío de la Villa a Estrella de Diego) al creativo (de Pilar Miró a Cristina Iglesias), por citar tan solo unas muy pocas mujeres valientes, han ido dibujando sin ninguna duda todo un nuevo panorama. Esta nueva realidad ha marcado la incorporación paulatina de las mujeres en todos los oficios y en la vida pública.

La clave es una educación pensada en la integración y la transversalidad, con políticas públicas antimachistas, dando una importancia fundamental al valor de las leyes. La Ley de Igualdad de 2007 (cuyo título real es Ley Orgánica para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres) es un marco jurídico idóneo. En la actualidad, la crisis económica que dura ya una larga década con sus consecuencias y unos gobiernos conservadores han frenado las políticas de igualdad. Pero las unidades de género están creadas y los instrumentos de ayuda también, basta reactivarlos.



1 Muy recomendable la lectura de la página web de la Fundación Fernando de Castro y la visita a su sede en la calle de San Mateo de Madrid junto al Museo Romántico.

2 Las mujeres en la ILE, las llamadas institucionistas conforman un colectivo numeroso, aunque silenciado incluso en el ámbito general de la Institución. Sobresalen los nombres de mujeres implicadas como Amparo Cebrián, Carmen García del Diestro, Laura García Hoppe, Gloria Giner de los Ríos García, María Goyri, Matilde Huici, María de Maeztu, Jimena Menéndez-Pidal, María Moliner, María Luisa Navarro Margati, Alice Pestana, Laura de los Ríos Giner, Concepción Saiz Otero, María Sánchez Arbós, María Zambrano, Carmen de Zulueta, entre otras.

3 María de Maeztu fundó y presidió, desde 1926, el Lyceum Club Femenino lugar por donde pasó buena parte de la intelectualidad de esos lustros. García Lorca leyó allí su libro Poeta en Nueva York , también Unamuno leyó su drama Raquel encadenada. Vinculadas al Club aparecen mujer de gran relevancia en la vida pública española de esos años, ocupando distintos puestos en su organización. Fueron sus vicepresidentas Isabel Oyarzábal y Victoria Kent; secretaria, Zenobia Camprubí; vicesecretaria, Helen Phipps; tesorera, Amalia Galinizoga, y bibliotecaria, María Martos de Baeza. También participaron Margarita Nelken, María Lejárraga, Carmen Baroja, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, María Teresa León, Elena Fortún, Mabel Pérez de Ayala... La presidencia honorífica la ostentaban la Reina Victoria Eugenia y la Duquesa de Alba .

4 Ver la película documental Las maestras de la República del año 2013, dirigida por Pilar Pérez Solano.

 

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