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NúM 6
1. MONOGRÁFICO
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1.5 · UNA MIRADA SOBRE LAS ESCENÓGRAFAS, FIGURINISTAS E ILUMINADORAS EN LA ESCENA ESPAÑOLA


Por Ángel Martínez Roger
 

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2. LA MUJER: … DE MUSA… A CREADORA

A continuación se hace un recorrido por las mujeres presentes en la escenografía, el figurinismo, las iluminadoras y las artistas plásticas en la escena teatral española desde los tiempos de la vanguardia histórica. Una aproximación que intenta recopilar y juntar a las profesionales del medio activas en nuestro país o bien extranjeras que trabajan aquí o españolas que lo hacen fuera. Independientemente de la constancia o número de espectáculos diseñados y estrenados. Se trata de un nutrido número de mujeres de procedencia y formación muy distinta, con resultados y hallazgos igualmente diversos que se unen aquí por la pertinencia del articulo solicitado. Incluidas las mujeres que desde la coreografía o la dirección de escena acometen el trabajo de escenógrafas con su impronta y sello personal. Directoras y coreógrafas desde la plástica que no dejan esa parcela a otro profesional.

Los datos son sorprendentes: desde 1945 hasta la fecha están registradas más de mil novecientas escenógrafas y algo más de tres mil quinientas figurinistas. A su vez, más de cuatrocientas cincuenta de ellas superan la treintena de espectáculos estrenados y reseñados5. El dato más sobresaliente es la falta de continuidad de la mayoría de ellas tras haber abordado sus primeros trabajos. Algo que no es muy distinto en el caso de los hombres.

La presencia históricamente intermitente de mujeres en el diseño de escenografía hace que no podamos hablar ni de una secuencia continuada, ni de un lenguaje común, ni de escuelas o tendencias estéticas compartidas. Por tanto, el resultado es necesariamente caleidoscópico y fragmentado. Sabiendo además que la falta de referentes y modelos del pasado hace más difícil aún el camino hacia la normalización y la igualdad6.

2.1. Antecedentes en la vanguardia histórica

Sonia Delaunay (1885-1979). Sin ser española de nacimiento, nos interesa su figura por sus estancias en nuestro país a través de su participación en los Ballets Russes de Sergei Diaghilev. En 1918 había rediseñado el vestuario del ballet Cleopatra con decorados de su esposo Robert Delaunay. Según Juan Manuel Bonet en su Diccionario de las Vanguardias en España 1907-1936, realizó también los decorados para una Aída en el Liceo en los años veinte (Bonet, 2005). Sonia Delaunay es un personaje influyente que pasó por nuestro país con un decidido lenguaje de vanguardia y que espoleó la vida madrileña con sus interiorismos, sus diseños de tejidos y sus propuestas en el mundo de la moda. Tuvo lo que hoy llamaríamos un chouroom en la calle Columela, por donde pasó buena parte de la alta sociedad madrileña del momento. El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid le dedicó una muy interesante exposición en 2017.

Natalia Goncharova (1881-1962). Un caso similar a los Delaunay se daba esos mismos años en la vanguardia madrileña: la actividad conjunta de Mijail Larionov (1881-1964) y su esposa Natalia Goncharova. Al igual que Sonia Delaunay, es una pintora presente en España a comienzos del siglo XX, residió en Sitges con la compañía de los Ballets Russes. Junto a su esposo acometen en 1916 los decorados para Kikimora, un ballet de Anatol Liadov, estrenado en San Sebastián por los Ballets Russes7. Realizó, en Roma, los bocetos de decorados y vestuario para dos ballets: España, con música de Ravel, y Triana, con música de Issac Albéniz, que finalmente no se estrenaron. Posteriormente retomó los temas de los decorados en una serie de estampas denominadas Espagonles.

Víctorina Durán (1899-1993) fue sin duda una gran pionera de la escenografía española. Estuvo ligada a la profesión teatral por su familia a través de la danza. Formada en Bellas Artes, tuvo una educación muy amplia cursando estudios de declamación, piano e indumentaria. Todo ello en la Escuela Nacional de Declamación (futura RESAD), donde estudió entre 1913 y 1916. A partir de 1929 será catedrática de Indumentaria en la institución. Trabajó como escenógrafa y figurinista con Rivas Cheriff (1891-1967) en su Teatro Escuela de Arte8. Fue muy importante su labor docente tanto en escenografía como en indumentaria. Tuvo taller de escenografía abierto y sastrería. De su magisterio salió entre otros Emilio Burgos, figura fundamental para entender la escenografía en las décadas siguientes a la Guerra. Exiliada, regresó en los años sesenta y se incorporó de nuevo a la actividad teatral. Dejó interesantes aportaciones teóricas a través de artículos y conferencias publicadas.

Maruja Mallo (1902-1995), artista plástica vinculada al surrealismo español participando en la Escuela de Vallecas con Alberto Sánchez y Benjamín Palencia. Durante 1935 prepara la escenografía y los figurines de la ópera de Rodolfo Halffter Clavileño, que no llegó a estrenarse al estallar la Guerra Civil. Mantuvo una relación amorosa con el poeta Miguel Hernández, con quien prepara el drama Los hijos de la piedra, inspirado en los sucesos de Casa Viejas 1933 y Asturias 1934. A la influencia de Mallo se deben las cuatro composiciones que el poeta desgajó de El rayo que no cesa bajo el nombre de “Imagen de tu huella”.​ El 2 de agosto de 1938 se estrena La Cantata en la tumba de Federico García Lorca, de Alfonso Reyes, con música de Jaime Pahissa y escenografía de Maruja Mallo. Exiliada como la Durán, regresará a España en 1962. Juan Manuel Bonet le dedica una voz en su Diccionario de las vanguardias en España (2005).

2.2. En la década de 1940

La Guerra Civil hizo saltar por los aires las relaciones profesionales e institucionales de la profesión teatral. Al tiempo que provocó desapariciones, huidas y exilios obligados en buena parte del oficio. Para el tema que nos ocupa, la dictadura franquista será en cuanto a la presencia de mujeres en puestos relevantes de la escenografía, el figurinismo y la plástica escénica en general un erial casi absoluto. Hay excepciones, sí, pero incluso en el mundo de la indumentaria, que es donde hay mayoritariamente presencia de mujeres, éstas aparecen como maestras de taller y grandes sastras, mientras que la responsabilidad del diseño del figurín siempre recaerá en hombres que, en algunos casos, eran a su vez también escenógrafos, directores o actores, como así fueron los casos de Vitín Cortezo, Miguel Narros o José Luis López Vázquez.

Tras la guerra, ya en 1944 aparece Pilar Aranda firmando los figurines para las revistas de Celia Gámez. La propia Vitorina Durán continúa firmando escenografías y vestuario con su compañía en el 45. Marta Font aparece en el Teatro Español en 1947 como figurinista. También Maria Pintarelli firma escenografías y Rosario de Velasco figurines en 1948. Esa parece ser toda la presencia de la mujer en la escenografía y el vestuario en una década durísima para todos, la postguerra...

2.3. En la década de 1950

En todos estos años aparecen nuevas escenógrafas: Carmen Vallhonrat, Giuliana Artoli o Pilar Calvo. Trabajan para el Teatro María Guerrero, el Teatro Popular Universitario o el Teatro Lara. Eva Llorens trabaja en las escenografías para el Dido Pequeño Teatro de Madrid ya al final de la década. Este grupo fue muy importante en la formación de nuevo público a través de sus buenas campañas juveniles. Por su parte, Josefina Ceballos, Victoria Díez, Gina Vercelli (ésta, trabajando para María Jesús Valdés) y Josefina Fuentes firman figurines en el Teatro Español o Ana de Pombo es quien hace el vestuario para el mítico montaje Te espero en Eslava. A su vez, Elena Santonja firma un vestuario para Adolfo Marsillach en Café del Liceo en el 1957. Además de esta escueta presencia en la escena madrileña, lo lamentable es la escasa o nula continuidad de los trabajos en la mayoría de las debutantes. Son carreras que casi nunca se prolongan en el tiempo.

2.4. En la década de 1960

Aparecen como escenógrafas: Gloria de Cárdenas, María Nieves de León, Natalia Silva, que trabajan para el Dido Pequeño Teatro, también Ana Díaz (en Teatro Universitario de Sevilla), María Luisa Sormani y Anna Anni (en el Teatro de La Zarzuela). Encarnación Espinosa y Juanita Batanero como figurinistas con José Tamayo en la Compañía Lope de Vega. Concha Fernández Montesinos haciendo la escenografía y el vestuario de La Zapatera prodigiosa para Amparo Soler Leal. Conchita P. Rambal firma un Simón Boccanegra en el Teatro de La Zarzuela. Son también escenógrafas activas en Madrid: Lucía Galarza, María Jesús Leza, María Teresa Iturrios, Purificación Cilla y Victoria Villar, estas últimas aparecen trabajando para funciones en el Ateneo y en compañías infantiles. En distintos grupos de teatro universitario aparecen como escenógrafas Isabel García Elorza y Maruja Gutiérrez. Pilar Arenas, María José Moreno y Rosa Vicente firman escenografía y vestuario en el Teatro de Cámara de Zaragoza. A su vez, vuelve del exilio Vitorina Durán firmando Madrid Galante para el Teatro Eslava. Y lo que no deja de ser una curiosidad, Lucía Bosé firma la escenografía de Tercera División para la compañía de Ana Esmeralda y Jorge Vico. En Barcelona, son escenógrafas: Lola Marqueríe, María Girona y Carlota Soldevilla quien firma una L´opera de tres rals. Monserrat Torres hace El diario para Els Joglars. También Encarna Castoro aparece como figurinista.

2.5. En la década de 1970

En el arranque de esta década, Eloísa Andrés y María Cristina trabajan como escenógrafas y figurinistas para el Grupo El ratón del Alba, María Jesús Leza hace teatro municipal infantil y María Luisa Sormani firma La Sonámbula en la Zarzuela, así como Fiorella Marini hará un Barbero de Sevilla en el mismo teatro. La actriz y maestra de interpretación Begoña Valle hace el figurinismo para el T.E.I. También como escenógrafas aparecen: Pepa Población, Victoria Montes, Ana Lezcano y Natalia Silva, así como la figurinista Anita Gonzáles trabajando para Amelia de la Torre.

Surgen figurinistas nuevas como Ana María Lacoma, Ana Sillero, Jesusa Ibáñez o Katy López de Heredia. Mari Pepa Estrada aparece como escenógrafa de José Tamayo hacia 1975. Cristina Barrondo trabaja para el Teatro Marquina. Y el CDN en 1978. Aparecen las vascas Enkarni Genua Espinosa y Edurne Ortiz de Zárate.

Mención especial merece Ivonne Blake, inglesa nacida en 1940. Llega a España a mediados de los 60 y en 1971 gana el Oscar al Mejor Vestuario por la película Nicolás y Alejandra, una superproducción dirigida por Franklin J. Schaffner y producida por Sam Spiegel. Obtuvo cuatro Premios Goya y estuvo otras tantas nominada a los Bafta británicos. Vinculada a películas míticas como Superman, Los tres mosqueteros y Remando al viento, fue Presidenta de Honor de la Academia de Cine.

En Barcelona continúan trabajando Monserrat Torres para Els Joglars y Amalia Melero para el Grupo de Estudios Teatrales de Horta. Montse Amenós firma en 1976 trabajos para Compañía de Marsillach y mantendrá ya una labor continuada y sostenida. También Nina Pawlowki trabajará como escenógrafa y figurinista en el Teatre Lluire. Y Elisa Ruiz para la Compañía de Ángel Guimerá y para las producciones de la actriz Adela Escartín. Ambas fueron maestras en la Real Escuela Superior de Arte Dramático en Madrid.

2.6. En la década de 1980

Aumenta en esta década el número de mujeres debutantes en la escenografía y el figurinismo, pero la mayoría de ellas no mantiene un trabajo continuado y no son pocas las que tan solo firman uno o dos espectáculos. Aparecen: Concha San Isidro, Julia María Butrón, María Luisa Engel, Mercedes de Blas, Mery Maroto (en el Teatro Estable de Valladolid), Nieves Escobar, Pilar Pérez Arguelles, Ángeles Estevan, Araceli Galiano, Paca Ojea, Teresa Pascuet, Pilar la Vega, Yolanda Junquera, Lidia Gamboa, Helena S. Kriukova, Alicia Levy, Susana Uña, Victoria Paniagua. Y las figurinistas: Begoña Valle, María Torras, Montserrat Rodó, Carmen Heymann, Isabel Richart, Juanita Batanero, Loli Vivente, Mabel Barrientos, Mari Carmen Rodríguez, María Julia Berttoto, Paca Segura, Pilar Salsó, Ana María Puerto, Cándida Tena, Sussi Méndez y Sonia Grande.

Elisa Ruiz. Figurinista, licenciada en 1962 por la entonces llamada Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, participó en exposiciones de pintura y dibujo desde 1960.Tiene obra en el Museo Municipal de Madrid y Museo Nacional del Teatro. Desde 1963 comienza a trabajar para el cine como ayudante de Orson Welles en Campanadas a medianoche y Una historia inmortal. Fue nominada para los Premios Goya por su trabajo en Dragon Rapide. Premio Nacional de Teatro en 1972 por sus figurines para Macbeth, de Ionesco, dirigida por José María Morera. En teatro, ha trabajado con Francisco Nieva, José Luis Alonso, José María Morera, José Osuna, Joan Gual, Yago Pericot, Juanjo Granda, Eusebio Lázaro y González Vergel. Colaboró a su vez con los bailarines y coreógrafos, tanto para Víctor Ullate como para Maya Plisétskaya. Trabajó en la enseñanza, tanto en la Escuela de Tecnología del Espectáculo como en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.

En Barcelona igualmente aparecen o continúan Carme Vidal, Montse Amenós, Amparo Claramunt Palamós, Amparo Coll, Ana Bofill, Monserrat Rodó, Núria Candela, Mercè Mas, Vicenta Obón. Y las figurinistas Ana Bonet, Fany Canet, Carme Sansa, Teresa Saldó y Montse Plá.

Otro nombre de gran importancia que lleva una constante y brillante presencia en nuestro país al más alto nivel es el de Franca Squarciapino (Roma, 1940). Figurinista presente en la escena española desde hace más de 30 años junto con su esposo el escenógrafo Ezio Frigerio. Al igual que Ivonne Blake, es una artista de gran proyección internacional y premiada ampliamente por su trabajo. Oscar por Cyrano de Bergerac en 1991, premiada con el Bafta, el César y el Goya.



5 Estas cifras han sido calculadas a través de la base de datos ofrecida por el Centro de Documentación Teatral.

6 La falta de modelos es clave en la discriminación tanto de minorías como de mayorías. Una discriminación activa y endémica tiene una fuerte influencia en el imaginario simbólico colectivo y crea opinión. Dificulta y ralentiza el cambio en el estado de las cosas, del conocimiento de otras realidades de la creación femenina como fuente de autoridad contemporánea. En el futuro y a través de políticas adecuadas, hay que compartir espacios de poder para lograr la igualdad. La mujer, además, soporta la tiranía de la imagen pública en una vida con un lenguaje no inclusivo. Así pasó con el colectivo homosexual en el pasado, hoy día los jóvenes gays tienen incorporada su libertad como las generaciones precedentes tuvieron incrustado su miedo …

7 Ver sobre este asunto: Nommick y Álvarez Cañibano, 2012. También es de gran interés el catálogo de la exposición “El teatro de los pintores en la Europa de las vanguardias” (VV.AA., 2000).

8 Ver el interesante artículo de Eva María Moreno Lago sobre Vitorina Durán (2018).

 

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