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FIGURAS Entrevistas de teatro
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Joaquín Notario. Yunquera de Henares (Guadalajara), 1958. Actor y maestro del verso

Ilustración

Con un destino abocado a convertirse en un peso pesado del teatro clásico desde que se subiera por primera vez a las tablas en su pueblo natal, este alcarreño puede presumir de haber tenido como maestro a William Layton y haberse puesto a las órdenes de José Carlos Plaza, Miguel Narros, Pilar Miró o Calixto Bieito. Su ingreso en la Compañía Nacional de Teatro Clásico a finales de los noventa le consagra como genio del verso y primera figura para los directores Eduardo Vasco y Helena Pimenta en montajes como La vida es sueño, Don Gil de las calzas verdes o El alcalde de Zalamea.

Fecha: 7 de marzo de 2018.

Lugar: Teatro de la Comedia (Madrid).

Duración: 39'32'' (extracto de una entrevista de una duración total de 1h 31’38’’).

Operador de cámara: Víctor Camargo.

Realización y edición de vídeo: Ana Lillo.

Entrevista realizada por: Natalia Erice.

Créditos fotografías
Daniel Alonso (Archivo CDT), CF López Fotografía, Quique Comyn (Stage Entertainment) y archivo personal de Joaquín Notario.

Créditos vídeos
Unidad de grabaciones del CTE

Créditos música
Treeline (Jazz Mix) by Siobhan Dakay (c) copyright 2015
Licensed under a Creative Commons Attribution Noncommercial (3.0) license.

TheSantaAnasInstrumental by airtone (c) copyright 2017
Licensed under a Creative Commons Attribution Noncommercial (3.0) license.

Loving Men - CSoul at 90bpm feat. Ciggiburns by Siobhan Dakay (c) copyright 2015
Licensed under a Creative Commons Attribution Noncommercial (3.0) license.

Agradecimientos
Teatro de la Comedia.

La verdad que rebosa en los versos de un gran actor

Joaquín Notario vino al mundo en un pueblo con una arraigada tradición teatral que pasaba de padres a hijos. En Yunquera de Henares, provincia de Guadalajara, no era extraño por aquel entonces que sus habitantes se subieran a las tablas en fechas señaladas y que un padre recitara a su hijo versos de La vida es sueño. Con un cabeza de familia aficionado a Calderón y unas hermanas fieles a dicha tradición, Joaquín no podía ser menos y recuerda su bautizo en las tablas con un paso de comedias de Lope de Rueda titulado Las Aceitunas.

Ni los yunqueranos ni siquiera él mismo pudieron predecir entonces el animal escénico que se fraguaba en aquellas fiestas populares y que acabaría convirtiendo el teatro en su forma de vida, un oficio que siempre ha entendido como una manera de poner un espejo a la sociedad.

“Por medio de textos tan antiguos como los que trabaja la Compañía Nacional de Teatro Clásico es posible calibrar el momento actual que vivimos”, afirma el que ha derramado por los escenarios los más hermosos versos de Calderón, Lope de Vega, Shakespeare, Tirso de Molina o Ruiz de Alarcón como pieza clave de esta institución en más de veinte formidables montajes.

Antes de alcanzar esta cota soñada, Joaquín había demostrado ganas y talento en su juventud en diferentes grupos aficionados, etapa en la que participó del Teatro Español Universitario junto a su amigo Julio Navarro, así como de la compañía Espacio Cero, liderada por el director argentino Roberto Villanueva y que culminaría con el descubrimiento del maestro de actores, William Layton, que revolucionó en los 70 el arte interpretativo formando a mitos de la escena como José Luis Gómez, Ana Belén, Julieta Serrano o José Pedro Carrión.

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Aquella revelación tanto artística como personal vino acompañada del encuentro con José Carlos Plaza, su profesor en el Laboratorio de Layton, quien además le abrió las puertas del Centro Dramático Nacional invitándole a participar en el emblemático montaje de El jardín de los cerezos, de 1986, que el propio Plaza dirigiría junto a Layton y que permitió al joven aprendiz compartir escena con Julia Gutiérrez Caba, Fernando Delgado o Enriqueta Carballeira. De ellos aprendió tanto que ha quedado en su memoria un almuerzo con la compañía en el que le preguntó a Berta Riaza qué era lo que buscaba sobre un escenario, a lo que ella le respondió: “la verdad”. Aquella clave que le dio esa gran compañera, con la que repetiría bajo la batuta de Plaza en La Orestíada (1990) y Las comedias bárbaras (1991); se grabó a fuego en la mente del actor que no ha dudado en aplicarla en todas sus interpretaciones, especialmente al utilizar el verso.

Shakespeare marcó sus primeros pasos en el teatro clásico debutando con Lluís Pasqual en Julio César (1988) y enfrentándose seguidamente a Hamlet (1989), El mercader de Venecia (1992) o Antonio y Cleopatra (1996), éstas, bajo las directrices de Plaza quien lo fichó durante su etapa al frente del Centro Dramático Nacional. De la mano de otros sabios de la escena fue moldeando el actor que llevaba dentro; si al director Juan Pastor agradece su estreno con Calderón en El Castillo de Lindabridis (1989), a Miguel Narros le debe privilegios como el de formar parte del coro de locos de su legendario Marat-Sade (1994) o desarrollar el divertido criado Hernando, que tanta satisfacción le dio en La discreta enamorada (1995). Su currículo iba creciendo en experiencia con el verso cuando en el año 1997, el yunquerano accedió a la Compañía Nacional de Teatro Clásico desempeñando sendos papeles protagonistas en El anzuelo de Fenisa, bajo la dirección de su admirada Pilar Miró, y en La venganza de Tamar, de nuevo con Plaza y al lado de su gran cómplice Nuria Gallardo. A su incondicional compañera siempre le agradecerá cómo le ayudó a trabajar el exigente personaje de Segismundo, con el que le llegó en el 2000 su consagración en las tablas de la mano de Calixto Bieito.

Calderón brilla en la carrera del actor como el dramaturgo que le ha permitido afrontar una misma obra desde diferentes personajes, lo haría con La vida es sueño enfundándose dos años más tarde los ropajes del rey Basilio en el montaje de Helena Pimenta; tal experiencia se repetiría encarnando a Pedro Crespo en El alcalde de Zalamea (2010), dirigida por Eduardo Vasco, y a Don Lope en la producción que Pimenta acometió un lustro más tarde propiciando un duelo legendario con Carmelo Gómez, que le valió el Max y el premio de la Unión de Actores en 2016.

Sin duda, Vasco y Pimenta son los directores que le han acompañado en su floreciente etapa de madurez en la CNTC brindándole golosos personajes, no sólo en las dos obras maestras calderonianas, sino también en Amar después de la muerte, Don Gil de las calzas verdes, La verdad sospechosa, El perro del hortelano o La dama duende sin desdoro de otros emblemáticos papeles desarrollados en La Compañía a las órdenes de José Luis Alonso (Peribañez y el Comendador de Ocaña) o de Laila Ripoll (Del rey abajo, ninguno).

Desde aquellos inicios en los que trabajaba como figurante en el Teatro de la Zarzuela y soñaba con saltar algún día al Teatro de la Comedia, escenario que después ha conquistado por derecho propio, Notario se ha enfrentado a más de cuarenta personajes no sólo de teatro clásico sino también de grandes maestros en prosa como Buero Vallejo (La Fundación, dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente) o Per Olov Enquist (La noche de las tríbadas, dirigida por José Luis Sáiz) sin contar sus papeles televisivos y cinematográficos, donde ha sido reclamado por Almodóvar o Carlos Saura. Con las ganas intactas de seguir interpretando personajes como Rey Lear o Don Juan Manuel Montenegro, Joaquín se siente agradecido por su privilegiada posición en un oficio harto complejo para tantos compañeros y que considera que se está desvirtuando por la afición a los focos y las alfombras rojas. Con la convicción de que esta es una profesión de estudio y perseverancia, así lo enseña como maestro de verso y así nos lo transmite cada vez que pisa las tablas con ese peso escénico que le confiere la autenticidad y el profundo respeto al teatro, que define como “una necesidad de primer grado para la sociedad”.

Natalia Erice

Ver más

La noche de las tríbadas (Teatro Alfil de Madrid, 1994)
http://teatro.es/++resource++plonetheme.teatro.images/multimedia/prog/008235/008235-01.jpg_pdf.pdf

El anzuelo de Fenisa  (Teatro de la Comedia de Madrid, 1997)
http://teatro.es/catalogo-integrado/el-anzuelo-de-fenisa-600266-4

La fundación (Teatro María Guerrero de Madrid, 1999)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-fundacion-629278-6

La vida es sueño (Teatro de la Comedia de Madrid, 2000)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-vida-es-sueño-602767-4

Peribañez y el Comendador de Ocaña (Teatro Pavón de Madrid, 2002)
http://teatro.es/catalogo-integrado/peribañez-y-el-comendador-de-ocaña-609677-4

Amar después de la muerte (Teatro Pavón de Madrid, 2005)
http://teatro.es/catalogo-integrado/amar-despues-de-la-muerte-631988-6

Don Gil de las calzas verdes (Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, 2006)
http://teatro.es/catalogo-integrado/don-gil-de-las-calzas-verdes-632403-6

La vida es sueño (Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, 2012)
http://teatro.es/catalogo-integrado/la-vida-es-sueño-885357-6

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FIGURAS. Número 3, año 2018. Entrevistas de teatro. ISSN 2530-3244. NIPO 035160821

Editada por el Centro de Documentación Teatral. INAEM. Ministerio de Cultura y Deporte. Gobierno de España

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