Andrea D’Odorico⁶

1. Creo que el público, en general, suele conectar con el texto y la historia que cuenta el director; luego hay una minoría de gente que va mucho al teatro, que valora todos los componentes: vestuario, escenografía, música, etc. que son necesarios para la puesta en escena. Creo que siempre ha sido así, no he notado cambios significativos.


2. Una escenografía inteligente ayuda a que el director haga trabajar a los actores en ese espacio y que lo utilicen como ayuda. Los actores inteligentes analizan bien el espacio y los elementos a su alcance, y los “usan” hasta el último detalle. Lo mismo pasa con la escenografía.


3. Hay sitio para todo: comedia, drama… Todo depende de la elección del equipo. Pero todo es bueno si el equipo es bueno y conecta.


4. Pffff, Sabor a miel, en 1971 [Fig. 6]. El último ha sido La avería en el 2011 [Fig. 7].


5. Los dos montajes de El sueño de una noche de verano dirigidos por Miguel Narros: uno “todo negro” [Fig. 8] y el otro “todo blanco”, pero los dos montajes fueron muy bien.


6. Lo que yo crea no vale. Quiero pensar que he aportado calidad, pero lo que yo piense no vale.


7. Tengo una forma de trabajar muy especial, soy muy analítico. Creo que cada montaje es un mundo.


8. Destacaría a Ricardo Sánchez Cuerda y a Alejandro Andújar.


9. Lanzo otra pregunta: ¿la escenografía es necesaria con las producciones que se están llevando a cabo?


10. -


11. Cuando hice la escenografía de El largo viaje hacia la noche en el Teatro Español, en esa casa de campo donde los actores se perdían y tenía que haber una falta de comunicación terrible entre ellos (era necesario para el desarrollo de la función), la crítica se preguntó por qué la escena no se desarrollaba en una habitación muy pequeña… no entendieron nada [Fig. 9].